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La muerte de un hijo joven en circunstancias violentas: comprendiendo la vivencia de la madre

Resúmenes

Este trabajo tuvo como objetivo comprender la vivencia de la madre delante de la pérdida de un hijo joven en circunstancias violentas. El procedimiento metodológico fue guiado por la fenomenología. La población del estudio fue constituida por cinco madres que perdieron sus hijos jóvenes por homicidio. Esos homicidios ocurrieron en distintos intervalos de tiempo, entre 50 días y 10 años. Utilizamos como instrumento de recolección de datos la entrevista abierta del método fenomenológico dirigida por una pregunta orientadora. El análisis fenomenológico de los discursos reveló la comprensión de los significados esenciales sistematizados en las categorías: momificando el hijo en la memoria; los caminos recorridos por la publicidad frente a la muerte; apego a la espiritualidad para soportar el dolor de la muerte de un hijo; complicidad materna; e impunidad de los asesinos. Los resultados de este estudio pueden contribuir para elaborar propuestas de intervención junto a las madres para ayudarlas a reconstruir sus vidas después de la muerte de un hijo.

muerte; violencia; madres


This study was aimed at understanding the life of a mother who lost their child in violent circumstances. The methodological proceedings were supported on phenomenology. The study population was constituted by five mothers who had lost its young children for homicide. These homicides occurred different times ranging from 50 days to 10 years. I used as instrument of collection of data open interview the phenomenological method guided by a orienting question. The analysis phenomenology in their discourses showed the comprehension of essential meanings which were systematized in categories: the child's mummification in the memory; the two ways followed by the publicity concerning the death; fondness to spirituality to endure the pain from the child's death; maternal complicity and impunity. The results of this study can contribute to elaboration of intervention proposals close to the mothers in the sense of helping them in the reorganization of their lives after son's death.

death; violence; mothers


Este trabalho teve como objetivo compreender a vivência da mãe na perda de um filho jovem em circunstâncias violentas. O procedimento metodológico foi apoiado na fenomenologia. A população de estudo foi constituída por cinco mães que perderam seus filhos jovens por homicídio. Esses homicídios aconteceram em épocas distintas, com intervalo de tempo entre 50 dias e 10 anos. Utilizou-se como instrumento de coleta de dados a entrevista aberta do método fenomenológico, norteado por uma questão orientadora. A análise fenomenológica dos discursos desvelou a compreensão das significações essenciais sistematizadas nas categorias: mumificação do filho na memória; dois caminhos trilhados pela publicidade frente à morte; apego à espiritualidade para suportar a dor da morte de um filho; cumplicidade materna e impunidade dos assassinos. Os resultados deste estudo podem contribuir para a elaboração de propostas de intervenção junto às mães no sentido de ajudá-las na reorganização de suas vidas após a morte de um filho.

morte; violência; mães


ARTIGO ORIGINAL

La muerte de un hijo joven en circunstancias violentas: comprendiendo la vivencia de la madre

Ana Carolina Jacinto AlarcãoI; Maria Dalva de Barros CarvalhoII; Sandra Marisa PellosoII

IPsicóloga, Maestra, Universidad Estadual de Maringá, Brasil, e-mail: anacarolina.78@hotmail.com

IIDoctor en Enfermería, Docente de la Universidad Estadual de Maringá, Brasil, e-mail: mdbcarvalho@terra.com.br, sspelloso@uem.br

RESUMEN

Este trabajo tuvo como objetivo comprender la vivencia de la madre delante de la pérdida de un hijo joven en circunstancias violentas. El procedimiento metodológico fue guiado por la fenomenología. La población del estudio fue constituida por cinco madres que perdieron sus hijos jóvenes por homicidio. Esos homicidios ocurrieron en distintos intervalos de tiempo, entre 50 días y 10 años. Utilizamos como instrumento de recolección de datos la entrevista abierta del método fenomenológico dirigida por una pregunta orientadora. El análisis fenomenológico de los discursos reveló la comprensión de los significados esenciales sistematizados en las categorías: momificando el hijo en la memoria; los caminos recorridos por la publicidad frente a la muerte; apego a la espiritualidad para soportar el dolor de la muerte de un hijo; complicidad materna; e impunidad de los asesinos. Los resultados de este estudio pueden contribuir para elaborar propuestas de intervención junto a las madres para ayudarlas a reconstruir sus vidas después de la muerte de un hijo.

Descriptores: muerte; violencia; madres

INTRODUCCIÓN

Actualmente la violencia viene ganando espacio y creciendo de manera asustadora. El aumento de muertes de jóvenes por homicidio es cada vez más alarmante, siendo considerado en 1996, por la Organización Mundial de Salud (OMS), como un importante problema de salud pública(1).

El interés por la realización de esta investigación surgió principalmente de la interacción que mantengo, en mi práctica profesional, como psicóloga actuante en las políticas públicas para la juventud en condiciones de vulnerabilidad social, con madres de jóvenes asesinados, quedando siempre muy evidente el sufrimiento materno, con sentimientos de injusticia, frustración y rabia que las acompañan por largo tiempo.

Lo anterior me hizo reflexionar sobre este tema, poco explorado y envuelto por sentimientos de dolor e injusticia, despertando la necesidad de comprender la vivencia de madres que perdieron sus hijos asesinados, para poder, como profesional, ser capaz de asistirlas auténticamente de una forma más humana y eficaz, y actuar con intervenciones que puedan ayudar a enfrentar el dolor.

La muerte de un joven es interpretada como una interrupción de su ciclo biológico y esto provoca sentimientos de impotencia, frustración, tristeza, dolor, sufrimiento y angustia. Se sabe que la muerte es un hecho inevitable, sin embargo, es difícil aceptar que suceda precozmente. Enfrentar la muerte es una asunto difícil, que se vuelve peor cuando ocurre con un hijo, esto porque la muerte de un joven es una situación que no es naturalmente pensada por la familia, ya que lo normal sería que los padres muriesen antes, cumpliendo con el ciclo vital(2).

Si la muerte ocurre de manera brusca e inesperada, es posible que el sentimiento materno de pérdida irreparable se agrave, conduciendo a la madre a una desorganización psicológica, a una impotencia y a no aceptar este hecho (3).

Los sentimientos vivenciados por las madres que perdieron sus hijos por homicidio alimentan la búsqueda de justicia y castigo a los culpados, la ansia de comprender que fue lo que sucedió y la necesidad de expresar el dolor y la tragedia vivenciada, lo que puede caracterizar un posible factor de riesgo para el desarrollo de un luto complicado(4).

Teniendo como premisas esas consideraciones, el objetivo de este estudio fue comprender la vivencia de la madre delante de la muerte de un hijo joven en circunstancias violentas.

METODOLOGÍA

La opción por la trayectoria fenomenológica estuvo de acuerdo con las inquietudes frente al fenómeno de la vivencia de las madres de jóvenes asesinados. Para que ese fenómeno tuviese sentido y se volviera inteligible, fue necesario aprender el significado que tiene para quien lo vivenció. La fenomenología se mostró así el método ideal, ya que tiene como principio lo que fundamenta a todas las ciencias que es volver al mundo de la experiencia, al mundo vivido(5).

Como movimiento filosófico, la fenomenología se constituyó en una de las principales corrientes de pensamiento del siglo XX, surgiendo a partir de las concepciones de Edmund Huserl (1859-1938) que propone, por medio de la fenomenología, la "vuelta a las cosas mismas", a el análisis de las esencias, entendidas como unidades ideales de significado, elementos que constituyen el sentido de nuestra experiencia La fenomenología tiene como objetivo la investigación directa y la descripción de fenómenos que son vivenciados por la conciencia, sin teorías sobre la explicación causal y tan libre cuanto posible de prejuicios(6).

Este estudio fue desarrollado en un municipio de medio porte, localizado en el Noreste del Estado de Paraná. Según el Instituto Paranaense de Desarrollo Económico y Social- IPARDES(7), el referido municipio presenta el segundo mayor índice de crecimiento poblacional del Estado de Paraná. Sin embargo, ese crecimiento sucedió de forma desordenada y sin planificación, lo que trajo serios problemas sociales y económicos, entre los cuales las diversas formas de violencia, son causas de las muertes de adolescentes.

A partir de los contactos realizados con las instituciones de la Justicia y Policía, obtuvimos la información de la ocurrencia de un promedio anual de siete homicidios de jóvenes. Ese promedio anual fue la referencia de madres de jóvenes asesinados que usamos para obtener las entrevistadas.

Con el acceso a los boletines de ocurrencias en los Puestos Policiales y algunos procesos en la Justicia, realicé un sorteo para obtener siete madres, que en los últimos diez años tuvieran perdido sus hijos por asesinato, las que serían contactadas y convidadas a participar de la investigación. Las madres fueron sorteadas en diferentes años, para poder comprender las vivencias y desvelar los sentimientos con poco tiempo y con un tiempo mayor del acontecimiento de la pérdida de un hijo por homicidio.

De las siete madres sorteadas, entrevisté solo a cinco madres, ya que los discursos comenzaron a mostrar puntos en común y dejaron de aparecer nuevos datos. Así, las entrevistas fueron terminadas porque los datos considerados en sus convergencias y divergencias se mostraron suficientes para comprender el fenómeno(8). La población del estudio fueron cinco madres de jóvenes asesinados.

Como instrumento de recolección de datos utilicé la entrevista abierta del método fenomenológico con una pregunta orientadora "¿que significa para usted el vivenciar la pérdida de un hijo por homicidio?". La entrevista fenomenológica no está fundamentada en ideas dirigidas para determinados fines; lo que se objetiva no es un saber sobre el sujeto, y si, un saber del sujeto(9).

Las entrevistas fueron realizadas sin límite de tiempo, en las residencias de las madres, donde estas hablaron libremente. Fueron grabadas para que pudiésemos escuchar atentamente los discursos reveladores de la vivencia en su singularidad y subjetividad.

Fueron garantizados el anonimato y el consentimiento informado de todas las participantes. En el análisis de contenido, las madres fueron identificadas por algoritmos arábicos.

También fue previsto un servicio de apoyo y consejos en la Unidad de Psicología Aplicada UPA de la Universidad Estatal de Maringá, para un eventual encaminamiento de aquellas que, como consecuencia de la participación en la investigación, presentasen una necesidad de ayuda.

El análisis de los discursos de las madres de los jóvenes asesinados pasó por los cuatro momentos descritos por Giorgi (10) en la búsqueda de las convergencias y también divergencias de todas las unidades de significado de las entrevistas, objetivando categorizar el fenómeno, lo que se da por medio del diálogo de los sujetos. Cada sujeto percibe los hechos a partir de su perspectiva y eso posibilita al investigador tener varias visiones del fenómeno. Esas varias visiones en el cruzamiento de la subjetividad desvelan significados comunes que permiten la comprensión de la esencia del fenómeno.

El proyecto de investigación fue sometido a los Principios Éticos; siendo previamente aprobado bajo el parecer del nº 373/2005 por el Comité Permanente de Ética en Investigaciones con Seres Humanos - COPEP, de la Universidad Estatal de Maringá-PR.

RESULTADOS

Las cinco madres que participaron de la investigación eran provenientes de familias de bajo estrato socioeconómico, residentes en la periferia urbana - carente de infraestructura y de servicios básicos.

En el primer contacto con las madres para la entrevista sobre la vivencia de la muerte de un hijo de forma violenta, ellas se presentaron muy simpáticas y receptivas, y todas se mostraron dispuestas a ser entrevistadas, lo que podría, para ellas, significar la posibilidad de continuar hablando sobre sus hijos asesinados.

Los discursos de las madres, una vez transcritos y analizados, comenzaron a mostrar las convergencias, o sea, lo que había en común entre ellos, y en este momento, cuando se llega a las repeticiones (a las convergencias), es que se pueden aprender los significados esenciales, y así llegar a la esencia del fenómeno(8).

Las madres entrevistadas, independientemente del tiempo transcurrido desde la ocurrencia del homicidio contra sus hijos jóvenes - que varió de 50 días a 10 años todas pasaron por una vivencia de pérdida con características semejantes, reveladas en las categorías analizadas a seguir: momificando el hijo en la memoria; muerte y publicidad: recorriendo dos caminos; soportando el dolor de la muerte de un hijo: apego a la espiritualidad; complicidad materna: madres de hijos asesinos y madres de hijos asesinados y justicia versus impunidad.

DISCUSIÓN

Momificando el hijo en la memoria

La pérdida de un hijo se revela como un sufrimiento intenso y complejo, esto sucede porque la intensidad de la sintomatología y duración del proceso de luto frecuentemente difiere de los procesos de luto por otros tipos de pérdida(11).

Para las madres, los sentimientos y el sufrimiento por la circunstancia de la muerte de los hijos son preservados y revividos en cada recuerdo. Inclusive cuando ocurrieron hace mucho tiempo; cada una de ellas relató minuciosamente cada detalle del caso ocurrido con su hijo y describió la secuencia de los hechos, con recuerdos de horarios, ropas, diálogos y deseos del hijo antes de morir.

Los relatos de las madres revelaron el persistente estado de unión, del vínculo de amor establecido con el hijo que murió, genera elevados niveles de angustia(12).

Otro factor que complica la vivencia de la pérdida de un hijo por asesinato es la violencia física contra el cuerpo, la que despertó en las madres rabia y desesperación.

En el presente estudio las muertes por homicidio ocurrieron por asfixia, arma de fuego, arma blanca y agresiones contra la víctima (estupro), muertes violentas que persisten en la memoria de cada madre como "una muerte sin dignidad", aumentando el dolor a cada momento y haciéndola imaginar los instantes de sufrimiento que su hijo tuvo al morir clamando por ayuda.

El estado en que queda la persona que murió puede tener una fuerte influencia en las memorias que se tiene. Los discursos de las madres revelaron que esas memorias son insoportables.

A pesar de no aceptar la muerte de los hijos, las madres no demostraron apego a objetos y pertenencias, o a la negación de la muerte del hijo; sin embargo, el apego a la memoria y a las memorias fue de intensa magnitud, sobretodo en relación al hijo, las cuales son revividas intensamente, no importando cuanto tiempo haya pasado.

Lo anterior nos llevó a pensar en una momificación de la memoria materna, que conduce a las madres a la desesperación y a una situación que no puede sustentar, pero también significa la preservación viva de un vínculo saludable con su hijo. Esa momificación en la memoria se revela como el retorno del hijo al útero materno, para la protección y privacidad de sentimientos tan nobles y delicados. Esta momificación parece que no significa la negación de la muerte o la esperanza de retorno del hijo asesinado, más bien demuestra una profunda unión afectiva y deseo de justicia.

Las reacciones de dolor y sufrimiento intenso, la momificación de las memorias de las madres delante de la muerte de un hijo, revelaron que las familias que sufren violencia no están recibiendo una asistencia adecuada, no tienen el apoyo necesario para enfrentar tamaña tragedia y que puede impactar de forma negativa su vida personal, familiar y social.

Muerte y publicidad: recorriendo dos caminos

Los medios de comunicación, en sus diversas formas, difunden ampliamente entre la población los hechos de interés o los que causan impacto. De las noticias por ellos propagadas, la violencia está entre las más comunes, en función de sus índices crecientes y alarmantes.

En este sistema de información, por el interés en la audiencia, existe una evidente invasión de la privacidad, la que transforma la pérdida en una muerte pública, llevando a deshumanizar la muerte y a banalizar el sufrimiento.

El jefe de edición, escoge los acontecimientos, las muertes que merecen "inversiones", aquellas que resultaran en audiencia y rendirán lectura. Para esto invaden los locales de los acontecimientos, buscan relatos de los familiares; en esa función, con seguridad corren el riesgo de atravesar la línea del buen sentido común y del respeto.

Es patente la reacción de repudio y oposición de la mayoría de las madres a las actitudes de los reporteros delante de la muerte de sus hijos. Ellas relataron la situación incomoda en que fueron colocadas por la imprenta sensacionalista, que invadió su privacidad solamente por buscar noticias y audiencia.

Son evidentes los problemas de la cobertura periodística y la falta de sensibilidad que existe en los momentos de tragedia. La línea entre el deber de informar sobre una tragedia y el respeto a los derechos de los que quieren sufrir lejos de las cámaras y de los micrófonos es muy tenue y exige de los periodistas un gran respeto y sensibilidad.

Sin embargo la masificación de esos medios de comunicación tiende a transformar las muertes trágicas en noticias, y de modo casi simultáneo, destacan la cosificación de la muerte. De este modo, la muerte se torna pública, impersonal, perdiendo su carácter existencial, como la más irremediable de todas las posibilidades(13).

Las prácticas que invaden y exponen el dolor del otro, principalmente tratándose de personas pobres y anónimas, son comunes en los periódicos y emisoras llamadas populares, que venden mucho más con la publicidad de las tragedias (14).

No obstante, el tratamiento dado a la noticia y la actitud de los medios de comunicación delante de la víctima y de los familiares depende del perfil del órgano. Muchas veces ella realiza una función positiva cuando divulga la información, lo que torna necesario comprender su papel mirando por otro prisma.

Son un elemento esencial en nuestra sociedad, los medios de comunicación actúan también como agentes de denuncia e, igualmente, como un agente fijador de la memoria, al contar y producir una historia para la sociedad y propagar la información, pudiendo ayudar en la solución de los casos.

Apenas para la madre número 2, el papel de los medios de comunicación en la resolución del caso fue de gran importancia; después de la decepción con la justicia en relación a la condena del asesino de su hijo, la madre vio en la impresa una aliada. La impresa, en este caso, le transmitió la seguridad y la confianza que deberían ser dadas por el sistema judicial.

Con toda convicción la madre 2 afirmó: ... todos los medios de comunicación fueron buenos y tenemos que valorizar esos medios porque solo sucede alguna cosa en la justicia con el pobre si tiene a los medios para exigir, para presionar, para colocar en el aire.

Delante de esas situaciones vivenciadas por las madres relacionadas a los medios de comunicación y a la publicidad de la muerte violenta de sus hijos, se comprende la existencia de dos caminos recorridos por los medios de comunicación al divulgar la muerte por homicidio, caminos que son opuestos y con diferentes consecuencias: los medios de comunicación se pueden volver invasores de la privacidad y, bajo otra perspectiva, actúan como un aliado en la búsqueda de justicia e, indirectamente, en la comprensión del dolor de la pérdida de las madres.

Soportando el dolor de la muerte de un hijo: el apego a la espiritualidad

El proceso de vivencia de la pérdida se refiere a las concepciones que las madres tienen del mundo; la pérdida puede iniciar varias creencias y desafiar valores fundamentales en la búsqueda de comprensión de la muerte violenta de un hijo.

Delante de una muerte, cuya causa no es natural, crecen los sentimientos de incomprensión, injusticia y rabia. La pérdida se vuelve inaceptable, por retirar de sus hijos el derecho a vivir, diferentemente de cuando la muerte sucede por el proceso natural de envejecimiento o enfermedad. Cuando ella ocurre por un acto de crueldad de los hombres se torna inadmisible para las madres que no se conforman con el hecho.

La indignación, la rabia y la inconformidad de las madres solo encontraron refugio en la espiritualidad, en la creencia de un mundo mejor que el mundo físico que se presenta a ellas - un mundo de violencia, de falta de respeto, de dolor y sufrimiento. ¿Nos preguntamos, que otros recursos pueden tener además de la búsqueda de lo sagrado?(15)

Las madres, al iniciar la entrevista, resaltaron su creencia en Dios como una fortaleza para sobrevivir a la muerte violenta del hijo.

La madre n° 1 relató: Quien no cree en Dios con seguridad queda loco. Yo me apegue a Dios, si no, yo no iba sobrevivir... Voy a la iglesia siempre, y si alguien me pregunta como consigo sobrevivir es por Él, solo Dios nos puede dar fuerzas, es Él que me fortalece.

Es notoria la relación intrínseca entre la religión y los períodos críticos o de estrés de la vida. Dificultades, sufrimientos y conflictos representan el foco de la atención de las orientaciones religiosas; indicando como enfrentar dolor, pérdidas, fracasos, o sentimientos de impotencia delante de problemas.

Tales consideraciones se revelaron en todas las entrevistas: la fe, la religión, el poder divino - según las madres - acaban por volver tolerable lo insoportable, al ofrecer fuerzas para enfrentar la tragedia y continuar viviendo.

Este aspecto del proceso de reestructuración de la vida después de la pérdida de un hijo representa un desafío y muestra la necesidad que tienen los profesionales de reflexionar sobre la relación entre la espiritualidad y el enfrentamiento de la pérdida, relación esta muchas veces tratada por ellos con negligencia o negada.

Complicidad materna: madres de hijos asesinados y madres de hijos asesinos

Desde la infancia, la maternidad se hace presente en el día a día de las mujeres. Muy temprano las niñas juegan de muñeca, de casita, ocupando siempre el papel de madre; y en la descripción de ese papel de la infancia se encuentra también la definición de maternidad como cuidadora y responsable por el bienestar de la familia(15).

El simbolismo de la maternidad unifica entre si a las mujeres como únicas a vivenciar el estado de gestación, nacimiento y alimentación de sus hijos, creando también una esfera emocional de comprensión exclusiva de las madres en esas situaciones.

Todas las madres entrevistadas afirmaron que la vivencia de la maternidad y de la tragedia, o sea, de una maternidad despedazada, genera una solidariedad y una unión muy fuertes entre ellas. La madre n° 2, llorando con aflicción, expresó: ...a cada muerte que sucede yo revivo mi dolor, principalmente pienso en las madres que están pasando por eso.

También cuando se alude a las condiciones de la pérdida de un hijo por homicidio, tenemos directamente dos situaciones - la de la víctima y la del asesino - es interesante resaltar que esta solidaridad entre las madres se afirma en la representación simbólica del amor materno, en que la madre de la víctima expone sus sentimientos de solidaridad y apoyo a la madre del asesino.

Todas las madres entrevistadas se empeñaron incansablemente en la búsqueda de justicia y condenación de los asesinos; sin embargo, se refirieron a las madres de estos con compasión. La madre n° 5 reveló: Yo pienso que la madre de ese asesino es contraria a lo que su hijo hizo, ninguna madre cría un hijo para ser asesino.

Así, son dos las condiciones de pérdida de un hijo: una es la madre en la posición de perder un hijo asesinado bruscamente y otra la madre en la posición de perder un hijo para el mundo del crimen. Esa "hermandad" de sentimientos fue proclamada por todas las madres.

Así, se reveló que, en los discursos de las madres que perdieron sus hijos por un asesino, todas acabaron por ser cómplices y solidarias, hasta con aquellas madres en relación a las cuales, por la lógica, eso sería imposible: las madres de los asesinos de sus hijos. Las madres de las víctimas reconocieron que esas madres también están sufriendo, también perdieron un hijo, y nunca desean venganza, y si, el castigo de los asesinos.

Justicia versus Impunidad

Para aquellos que perdieron la persona amada por un homicidio, continuar el luto es difícil, diríamos imposible, hasta que los aspectos legales del caso sean resueltos(16).

Con la realidad de la violencia volviéndose parte de sus vidas y con la vivencia cruel de la impunidad, las madres revelaron la construcción de una nueva representación: madres que buscan justicia, madres que aparecen en las calles, que invaden los órganos públicos, por causa de una dura realidad que sufren en común: la violencia contra sus hijos.

La historia de la madre n° 2 ilustró bien esa realidad, describiendo todos los momentos de la búsqueda por el asesino de su hijo: ... el asesino estuvo huyendo por dos años y medio, y durante eses dos años yo lo busqué... nosotros tuvimos que hallarlo, nunca nos rendimos.

Se considera, que estas familias, además de la muerte de los hijos y de la impunidad de los asesinos, tienen la vivencia de otras situaciones múltiples de violencia, en un contexto de violencia institucional, social, económica, una vez que se enfrentan con situaciones relacionadas a la justicia como la inaccesibilidad a las autoridades y a las informaciones sobre la resolución de los crímenes.

El dolor pasa a ser una realidad eternamente presente en las vidas de las madres, y es de este dolor versus amor que nace la fuerza para el surgimiento de la madre justiciera. La madre n° 3 confirmó lo anterior con la declaración "las que somos madres nunca nos rendimos".

La esperanza de reencontrar el hijo no existe más para esas madres, a pesar de eso, permanecen luchando, aunque sea por los otros hijos, por los hijos de otras madres, para que eso "no vuelva nunca más a suceder". Esa búsqueda por castigo, para que se haga justicia, acaba motivando y siendo un incentivo de vida.

Con la maternidad, la madre incorpora la función de proteger, cuidar y asegurar el bienestar físico, emocional y social del hijo. La pérdida de un hijo representa, para ella, el fracaso en su función materna, y ella se siente robada de su papel de proteger y de ser necesaria a algo o alguien. Con el asesinato del hijo viene la culpa por creer que falló en su protección, sintiéndose ella responsable por lo que sucedió, por fallar en el deber de cuidar(11).

Así, el deseo de justicia se hace indispensable para ellas. Cuando se castiga al asesino parece que una gran parte de ese sentimiento desaparece, una vez que las madres pueden verificar y decir que los culpables fueron castigados. La condenación, así, es también una forma de disminuir la inevitable culpa que ellas sienten por lo ocurrido.

En las entrevistas, las desventajas de las madres del presente estudio, por el hecho de ser desprovistas de bienes financieros, se manifestaron negativamente de forma categórica sobre el acceso a la justicia.

Algunas tragedias no escogen clases sociales, sin embargo el status cuenta mucho cuando se trata de reivindicar y asegurar derechos. Existe una constatación evidente de que la justicia no es sinónimo de ley(14).

La madre n° 4 llorando angustiada, reveló que los asesinos huyeron, siempre es así, si fuese hijo de rico, ahí si ellos (la policía) van atrás, con nosotros no es así, es la misma cosa si tuvieran matado un perro en la calle.

Sin embargo, inclusive dentro de este contexto, las madres sufridoras responsables por los hijos, desprovistas de sus derechos, todavía insisten en convertir el dolor en acción, buscando hacer justicia. La impunidad de los asesinos desveló una influencia negativa en la aceptación de la pérdida del hijo y en su elaboración por parte de la madre.

CONSIDERACIONES FINALES

Podemos decir que las investigaciones y discusiones sobre la muerte poseen una trayectoria de conquistas y avances, pero también presentan un horizonte de muchos desafíos, especialmente cuando se piensa en una red de apoyo en sus diversas áreas - salud, social, seguridad, sistema judicial - para los que vivencian las pérdidas. El dolor de la pérdida debería ser acogido y compartido por esta red social, que debería también asegurar el amparo y la seguridad efectiva para la sociedad.

La comprensión de las vivencias de las madres que perdieron sus hijos de forma violenta colabora para observar de manera más comprensiva la pérdida, posibilitando el enfrentamiento de la muerte con dignidad y apoyo. Crea la perspectiva de intervenciones profesionales más adecuadas, en que las madres sean escuchadas y acogidas. Intervenciones capaces de propiciarles una mejor superación del dolor, la expresión de sus sentimientos y un reinvertir en sus vidas y deseos. Demuestra la necesidad de contar con políticas públicas para la juventud y para garantiza la seguridad de la sociedad.

REFERENCIAS

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Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    11 Ago 2008
  • Fecha del número
    Jun 2008

Histórico

  • Recibido
    31 Mayo 2007
  • Acepto
    20 Feb 2008
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