EDUCACIÓN SUPERIOR GLOBAL MÁS ALLÁ DE LA PANDEMIA EN UN FUTURO INCIERTO

La globalización ha afectado significativamente a la educación superior desde el advenimiento de Internet a finales de la década de 1990. Eso le abrió las puertas a la masificación, incluyendo el uso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) para llegar a un público más amplio y permitir el acceso a la educación superior a quienes la consideraban fuera de su alcance. Las universidades implementaron centros satélite y así dieron origen a una mayor internacionalización universitaria. Con menos fondos disponibles para las universidades debido a la crisis económica global del año 2008, la oportunidad para estudiantes extranjeros aportó un flujo de ingresos para las universidades en sus respectivos países a fin de prestar servicios a estudiantes de África y Asia, especialmente. Aproximadamente veinte años después del inicio del siglo XXI, con el advenimiento de una pandemia global, la educación superior como la hemos conocido se ha transformado de maneras inimaginables.1^-2

Las medidas de aislamiento de marzo de 2020 provocaron un impacto sin precedentes en la conducción de todos los aspectos prácticos de la educación superior. Las universidades se alejaron del enfoque tradicional de clases en aulas para adoptar una modalidad exclusivamente en línea. De manera inesperada y no planificada, más de 1300 millones de alumnos, incluso estudiantes universitarios, quedaron confinados en sus hogares3. Surgió la noción de ‘enseñanza y aprendizaje a distancia de emergencia’, en la que las universidades ofrecían clases en línea para manejar los trastornos causados por la pandemia. Si bien la pandemia sigue en curso pese a que el acceso a las vacunas en todo el mundo es cada vez mayor, la educación superior todavía no es igual a lo que era antes de la pandemia. En 2021, muchas universidades siguen empleando un enfoque combinado de enseñanza y aprendizaje, en el que gran parte del proceso se desarrolla en forma asincrónica. Debido al actual contexto de la educación superior global, este trabajo formula las siguientes preguntas generales: ‘¿De qué manera la pandemia está redefiniendo la educación superior global? y ¿Qué implicaciones tiene esta redefinición para el futuro?’ A fin de responder estas preguntas, recurrimos a la literatura y a nuestras reflexiones personales como profesores e investigadores en el área de educación superior para presentar un argumento que ejemplifique a la educación superior en el futuro. En la literatura se reconoce que las habilidades se adquieren de manera más eficiente con interacciones y redes sociales que se construyen en los campus universitarios. Es un aspecto clave de la experiencia de los estudiantes que ha aportado mucho valor a la educación superior en los últimos años. La pandemia truncó esas experiencias y ejerció un efecto negativo sobre la interacción entre pares en los campus universitarios y sobre la oportunidad de construir el tipo de redes tradicionales previas a la pandemia. La enseñanza y el aprendizaje, incluida la supervisión de los estudiantes, pasaron a darse en línea, imposibilitando así que los estudiantes y profesores recurrieran al compromiso social, como solían hacerlo en los campus universitarios. Diversos estudios han demostrado que eso tiene implicaciones para la salud mental a futuro4^-5. Pese a que reconocemos la situación, todavía desconocemos las implicaciones a largo plazo de este aspecto en nuestras sociedades.

La innovación se ha extendido significativamente durante la pandemia6. Muchas personas comenzaron a utilizar servicios en línea para comprar bienes de consumo como nunca antes lo habían hecho. Como la inteligencia artificial, el aprendizaje automatizado y la robótica están redefiniendo nuestro mundo y nuestra forma de vida, eso repercute en los planes de estudio universitarios y en el futuro del trabajo. Contrariamente al período previo a la pandemia, las universidades deben repensar y remodelar los planes de estudio que se enseñarán a los estudiantes en el futuro, especialmente debido a la creciente necesidad de contar con una clase de fuerza laboral diferente, suficientemente calificada para trabajar a distancia y más comprometida con el uso de la tecnología como mediadora. Reviste urgencia que el cambio curricular considere el carácter interdisciplinario del conocimiento. Eso es indispensable para responder a las diversas necesidades que surgen como consecuencia de la cuarentena. Además, deberá ser el núcleo de cómo se definirá el futuro de la educación superior. En otras palabras, la pandemia está haciendo a un lado al conocimiento como lo concebimos y haciéndolo aflorar en un mundo en transformación permeado de incertidumbres.

La movilidad de los estudiantes por el mundo se vio afectada como resultado de la pandemia global. Países como Australia y Canadá, que solían atraer grandes cantidades de estudiantes extranjeros, ya no lo están logrando7. Tanto las universidades privadas como las públicas se vieron afectadas, y eso repercute no solamente desde el punto de vista económico sino también con respecto a la oportunidad de atraer personas talentosas. Muchas empresas globales, por ejemplo, han contratado a inmigrantes altamente calificados al atraer estudiantes que emigraron para estudiar y posteriormente se establecieron para crear pequeñas empresas start-up o trabajar a fin de adquirir experiencia en esas naciones. Por otra parte, una importante consecuencia de la pandemia es la generación de datos masivos (o big data)8 a medida que la vida, el trabajo y el aprendizaje se convirtieron a la modalidad en línea. La forma en la que utilizamos los datos que estamos generando durante la pandemia acabará resultando útil para definir el camino a seguir. La conformación de la educación superior global en un futuro incierto exigirá que recurramos al conocimiento actual sobre el estado del ámbito académico, incluyendo estudios como los de Bączek, Zagańczyk-Bączek9 y Ojo and Onwuegbuzie10 para explicar de qué manera la pandemia actual está afectando a la educación superior.

Tendremos que reconsiderar nuestra forma de llevar adelante investigaciones en varias disciplinas. El mundo de las ciencias, especialmente a través de la participación de las universidades como espacios de capacitación para la próxima generación de trabajadores, tendrá que estudiar la posibilidad de utilizar big data en la investigación, con enfoque en la interdisciplinaridad, la multidisciplinaridad y la transdisciplinaridad. Ya no podemos permitir dicotomías en las metodologías de investigación sino capacitar a los estudiantes universitarios para que sean investigadores pragmáticos11, capacitados para combinar enfoques de investigación cualitativos y cuantitativos, especialmente en las áreas de humanidades y ciencias sociales. Hoy más que nunca e independientemente de su área de estudio, los estudiantes deben exponerse a una educación universitaria adaptada a los dinámicos retos del siglo XXI.

Hay un debate en curso sobre la próxima pandemia y cuándo se espera que ocurra12. A medida que continúa el debate, aunque varias naciones de todo el mundo se están esforzando por vacunar a sus poblaciones para lograr la inmunidad de rebaño lo antes posible, la educación superior global debe encontrar una manera de aplicar un enfoque combinado para la enseñanza, el aprendizaje y la excelencia en educación superior con mayor eficiencia, para que se tenga en consideración el bienestar de los estudiantes y de los profesores. Se deben implementar procesos para apoyar una ‘nueva’ generación de jóvenes capacitados, suficientemente inteligentes en términos sociales y emocionales para dedicarse a empleos que todavía no existen, y con suficiente capacidad de recuperación para adaptarse a un mundo laboral en transformación. Argumentamos que la educación superior global no puede darse el lujo de dejar pasar la oportunidad que ofrece la pandemia de COVID-19. Si bien hubo una ruptura masiva en la cadena de valor de la educación superior, la pandemia actual representa una oportunidad única para que gobiernos y universidades trabajen en conjunto a fin de redefinir la competencia de las universidades en el siglo XXI. Los contenidos que enseñan los profesores, cómo los enseñan y cómo capacitan a los estudiantes, cómo se los evalúa, y cuáles son los resultados esperados como consecuencia de la educación universitaria, deben ser puestos en práctica consistentemente a fin de dar lugar a una fuerza laboral en transformación en un mundo que también se está transformando. Debe fomentarse cada vez más la investigación colaborativa en varias disciplinas por medio de enfoques metodológicos mixtos para responder a preguntas cada vez más difíciles de la sociedad. Se debe apoyar tanto a los profesores como a los estudiantes para que progresen por medio de otra clase de educación superior en la era de la pandemia. A medida que la economía del conocimiento global sigue evolucionando, la oportunidad para que la educación superior se reinvente significa que podría capacitarse a una nueva clase de fuerza laboral para contribuir a la prosperidad nacional y global.

REFERENCES

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Fechas de Publicación

• Publicación en esta colección
  16 Jun 2021
• Fecha del número
  2021