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¿Por qué lo hago y no lo publico? Parte 1

EDITORIAL

¿Por qué lo hago y no lo publico? Parte 1

Eneida Rejane RABELO

Profesora Adjunta de la Escuela de Enfermería y de los Programas de Post Graduación de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (Escuela de Enfermería y Ciencias Cardiovasculares: Cardiología de la Facultad de Medicina). Coordinadora de la Clínica de Insuficiencia Cardíaca del Hospital de Clínicas de Porto Alegre

La literatura científica está explotando en cantidad y calidad, elevando el número de publicaciones que llegan a los revisores de los principales periódicos. La producción de conocimiento y la divulgación de lo que se produce es obligación de investigadores comprometidos con la evolución de la ciencia y, principalmente, con el crecimiento de su área de especialidad. En contrapartida, la publicación de resultados de investigación aún está muy por debajo del total que de hecho se produce. Seguramente se produce más de lo que se publica. Pero, entonces, ¿por qué hacemos investigación y no la divulgamos? La respuesta para esta pregunta puede ser: depende. Depende de nosotros, investigadores, o depende de las revistas que rechazan nuestros artículos, aunque tenga una fuerte tendencia a creer que dependa mucho más de nosotros!

Entre las razones por las cuales no conseguimos escribir lo que producimos se destacan la dificultad de redacción, los resultados negativos y los hallazgos que no añaden nada nuevo o relevante al conocimiento contemporáneo sobre el tema. Sumadas a esto, en la categoría personal, las razones apuntadas son la falta de tiempo, de organización, de disciplina y, principalmente, de experiencia.

Los investigadores deben escribir de acuerdo con los patrones exigidos por la ciencia; con todo, no todos dominan el lenguaje científico. Muchos editores indican la falta de estilo como principal motivo para el rechazo de artículos enviados por científicos de los países en desarrollo(1). Las principales revistas de enfermería de Brasil, todas con inserción internacional, registraron el año de 2009 tasas de rechazo de artículos que varían de 35 a 76%. La interpretación de estas tasas confirma que muchos investigadores presentan deficiencia en el lenguaje científico.

La literatura presenta una regla básica, la cual recomienda que nunca se debe terminar un estudio para solo después sentarse a escribir el paper(2) . A pesar de parecer una paradoja, tal vez sea realmente importante escribir el artículo durante el proceso de desarrollo de la investigación, a fin de mantener el entusiasmo y evitar la contaminación de un posible resultado negativo al final del estudio.

Un físico llamado Faraday dijo cierta vez: “Trabajar; terminar; publicar”(3). Si comenzó y no terminó, ¿por qué comenzó? Si terminó y no publicó, ¿por qué comenzó?

Pues entonces: comience por usted, entendiendo, principalmente, que es fundamental tener atracción e interés por el tema. Atente para la cuestión de investigación: esa debe ser factible, interesante, nueva (o que cuestione lo que ya se sabe o existe), ética y relevante (al conocimiento y a la ciencia)(4). Recientemente autores definieron que los revisores exigen de un artículo enviado para publicación tres criterios: relevancia, originalidad y validad científica. Además, el artículo debe ser claro y estar bien escrito(5).

Alíese a un grupo productivo que exija producción y subsecuente publicación. Invierta en usted: domine la literatura y el inglés; tenga la disciplina como palabra de orden en su día a día; sea organizado y defina una prioridad en todas sus atribuciones; sea persistente, ambicioso y curioso, adjetivos estimados en todo buen investigador.

En la redacción del texto, vale recordar que tanto la forma como el contenido son importantes. Es imposible transmitir una información relevante y pertinente se ésta no está bien presentada. Con todo, una excelente presentación no sustituye experimentos mal planificados, resultados dudosos o una argumentación poco convincente(6).

En la parte 2 de este editorial encontrará algunas sugerencias importantes para mejorar su redacción. La lectura de las referencias que basan este y el próximo editorial traen más detalles sobre redacción científica y las recomiendo.

Las lecturas de los artículos de esta edición que contemplan diversas áreas del conocimiento como: salud del niño, del adolescente, de la mujer, del adulto y del anciano, salud mental y gerencia, también deben servir de estímulo y modelo para una redacción científica adecuada a la temática en estudio.

Referências

  • Valenti WC. Cientistas também precisam ter estilo. Jornal do Conselho Regional de Biologia. 1998; 49:7-7.
  • Van Way III CW. Writing a scientific paper. Nutr Clin Pract. 2007;22(6):636-40.
  • Michael Faraday. Wikipedia. [Internet] [citado 2010 setembro 06]. Disponível em: http://en.wikipedia.org/wiki/Michael Faraday.
  • Huley S, Cummings, S. Delineando a pesquisa clínica. 3Ş ed. Porto Alegre: Artmed; 2008.
  • Davidson AJ, Carlin JB. What a reviewer wants. Paediatr Anaesth. 2008;18(12):1149-56.
  • Abrahamsohn, PA. Redação científica. 1Ş ed. Guanabara Koogan; 2004.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    09 Dic 2010
  • Fecha del número
    Jun 2010
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