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Diferenciación y fragmentación socioespacial: la contradicción campo-ciudad como teoría y como método

Differentiation and sociospatial fragmentation: the city-country contradiction as a theory and as a method

Diferenciação e fragmentação socioespacial: a contradição campo-cidade como teoria e como método

Resumen

Este artículo analiza la posible superación de la contradicción campo-ciudad como una tendencia a la diferenciación espacial fruto de la geografía del capitalismo en crisis, y como elemento novedoso en las actuales relaciones entre el espacio y la sociedad mediadas por la fragmentación socioespacial. Se exploran, en primer lugar, las principales aportaciones que han tenido como objeto esa contradicción, para establecer sus límites conceptuales. En segundo lugar se propone la urbanización planetaria como el desarrollo teórico de la contradicción campo-ciudad, y la urbanización diferencial como su método con la que empirizarla en última instancia. Se definen, por último, en forma de consideraciones, las relaciones entre diferenciación espacial, fragmentación socioespacial y contradicción campo-ciudad, como variables ascendentes del presente cambio social.

Palabras clave:
Diferenciación; Fragmentación socioespacial; Contradicción campo-ciudad

Abstract

The possible overcoming of the contradiction between country and city is analyzed here as a tendency to spatial differentiation, as a result of the geography of capitalism in crisis, and as a novel element in the current relations between space and society, mediated by sociospatial fragmentation. First, the main contributions that have analyzed this contradiction are explored, establishing their conceptual limits. Second, planetary urbanization is proposed as the theoretical development of the country-city contradiction, and differential urbanization as its method to ultimately empiricize it. Finally, the relations between spatial differentiation, socio-spatial fragmentation and the country-city contradiction are defined as the increasingly relevant variables of the present social change.

Keywords:
Differentiation; Sociospatial fragmentation; City-country contradiction

Resumo

Este artigo analisa a possível superação da contradição campo-cidade como uma tendência à diferenciação espacial, fruto da geografia do capitalismo em crise, e como elemento novo nas atuais relações entre espaço e sociedade, mediadas pela fragmentação socioespacial. Exploram-se primeiramente as principais colocações sobre essa contradição, para assim estabelecer seus limites conceituais. Em segundo lugar, propõem-se a urbanização planetária como desenvolvimento teórico da contradição campo-cidade e a urbanização diferencial como método, para depois traduzi-las empiricamente. Por fim, definem-se, em forma de considerações, as relações entre diferenciação espacial, fragmentação socioespacial e contradição campo-cidade como variáveis ascendentes das atuais mudanças sociais.

Palavras chave:
Diferenciação; Fragmentação socioespacial; Contradição campo-cidade

Introducción

La revista Nature publicaba en marzo de 2020 un artículo que señalaba que la paralización de muchas actividades económicas, a raíz de las medidas de confinamiento decretadas en gran parte de los Estados del mundo, había provocado cambios en los movimientos de nuestro planeta, y en el ruido sísmico (GIBNEY, 2020GIBNEY, E. Coronavirus lockdowns have changed the way Earth moves. Nature, 31 mar. 2020. Diponível em: Diponível em: https://www.nature.com/articles/d41586-020-00965-x . Acesso em: 14 jun. 2021.
https://www.nature.com/articles/d41586-0...
). Esta es, sin duda, una señal clara del alcance planetario del proceso de urbanización, y de cuán lejos ha llegado el sistema capitalista ayudándose del mismo. La relación entre ambos es aquí el hilo conductor para una investigación que tiene como objetivo señalar las relaciones existentes entre la supuesta superación de la contradicción entre el campo y la ciudad, y los procesos sociales, económicos, políticos y culturales que conducen a la fragmentación socioespacial.

La actual crisis y emergencia sanitaria no puede entenderse sin el largo ciclo de crisis capitalista iniciado en 1970, en el que se encuadra esta reflexión. Transcurridos cincuenta años desde que la contrarreforma del capitalismo se pusiera en marcha, algunas tendencias de cambio social y espacial se consolidan. Esas tendencias son imprescindibles para el análisis del momento presente, que se caracteriza por abrir la historia social de manera impredecible, tras el insistente decreto del final de la historia y la imposición del único relato posible: el del capitalismo (Jameson, 1984JAMESON, F. Postmodernism or the cultural logic of late capitalism. Oxford: New Left Review, 1984. ).

Aquí se explora la centralidad de la contradicción campo-ciudad como concepto en la construcción de una explicación para las actuales relaciones entre el espacio y la sociedad. Así, entendida como un concepto que señala una tendencia a la diferenciación espacial en la actual geografía del capitalismo, se propone la urbanización planetaria como desarrollo teórico de esa contradicción, y la urbanización diferencial como su método (Smith, N, 1984SMITH, N. Uneven development: nature, capital and the production of space. Oxford: Basil Blackwell, 1984. ). Todo ello para acabar concluyendo que es a través de esa empirización posible, el escrutinio del estado de esa contradicción, que se observan - y se abren - los procesos de fragmentación socioespacial, como mediadora de las actuales relaciones entre el espacio y la sociedad.

El concepto fragmentación socioespacial recoge, así, todos los procesos sociales, económicos, políticos, y culturales que comprometen el orden social y espacial heredado, basados en la correspondencia de varias tendencias históricas: la quiebra del proyecto moderno, la cronificación de la crisis del capitalismo y la superación de la contradicción campo-ciudad, que conducen a: (a) la separación, cada vez más acusada de la vida cotidiana en distintos compartimentos, (b) el empobrecimiento del espacio vivido y (c) la pérdida del carácter unitario de la sociedad.

El objetivo es colocar la superación de la contradicción campo-ciudad como la variable innovadora en los procesos de diferenciación socioespacial de la actual geografía del capitalismo, lógica de la que ningún rincón del planeta escapa (Brenner, 2019BRENNER, N. New urban spaces: urban theory and the scale question. Oxford: Oxford University Press, 2019. ). A través de diversos procesos y distintos actores, fuera cual fuera el punto de partida, el capitalismo, como forma histórica concreta de producir, ha alcanzado todo el planeta. Eso no quiere decir, sin embargo, que el estado de esa contradicción sea el mismo en todo lugar.

Se parte, en primer lugar, del análisis de algunas de las principales aportaciones al análisis de la transición del feudalismo al capitalismo, con el objetivo de atisbar las variables que en cada una de esas propuestas son identificadas como claves en la explicación del origen del capitalismo, la transición más reciente. Ello, para fijar una delimitación de qué se entiende por contradicción campo-ciudad. Tras esto, es posible presentar el desarrollo de la contradicción en el marco de la actual fase del capitalismo en crisis, y así establecer sus límites teóricos y metodológicos en el momento presente. Por último, a modo de conclusiones, van a establecerse las relaciones entre las tendencias a la diferenciación, la fragmentación socioespacial y la contradicción campo-ciudad, como variables ascendentes que ayudan a explicar el cómo y el porqué de los cambios en la sociedad presente.

La contradicción entre el campo y la ciudad

La contradicción campo-ciudad ha sido objeto de análisis de las más diversas disciplinas de las Ciencias Sociales, desde la Economía Política clásica - en la que destacan Adam Smith y Karl Marx - a la Historia - especialmente los intelectuales agrupados entorno del Grupo de Historiadores del Partido Comunista de Gran Bretaña, que tuvieron un fuerte impacto en el desarrollo del debate en América Latina -, hasta llegar a las más recientes aportaciones desde los Estudios Urbanos.

En mayor o menor medida, los análisis que a lo largo de los siglos han tenido a la contradicción campo-ciudad entre sus debates han sido discusiones sobre el origen y desarrollo del modo de producir capitalista. Lo es en La riqueza de las naciones, de Adam Smith, especialmente en su capítulo IV del Libro III, en el que se describe el proceso por el cual los mercados de las ciudades generaron oportunidades para los grandes propietarios feudales, pues en ellos podían entonces vender los excedentes que antes eran dedicados a los siervos.

La tesis de Smith por la que “el comercio y la industria de las ciudades en la mayor parte de Europa no fueron la consecuencia de la mejora y el cultivo de los campos, sino su causa” (Smith, A, 1994SMITH, A. La riqueza de las naciones. Madrid: Alianza , 1994[1776]. [1776], p. 529), se enmarca en la explicación del origen del capitalismo a partir del comercio.1 1 Merrington sitúa en esta explicación también a Herni Pirenne, en Les villes du Moyen Âge. Essais d’Histoire Economique et social (1927), y a Max Weber, en The City (1921). Así, Smith otorga al crecimiento de las ciudades comerciales la responsabilidad del aumento de la productividad en el campo y el progreso de los países en los que aquellas ciudades se ubicaban, al liberarse de muchas de las restricciones propias del sistema feudal. El desarrollo de la ciudad es asimilado aquí al advenimiento del capitalismo.

Otra tesis atribuye a la Revolución Industrial todo el peso explicativo del origen del capitalismo. Este, surgiría a partir de la innovación tecnológica y la nueva división social del trabajo que de ella se deduce. Es, seguramente, la explicación más fácilmente difundida, por la que el capitalismo queda reducido a la aparición de las fábricas, del trabajo asalariado y así, de la ciudad industrial.

En el caso de Karl Marx y Friedrich Engels, la contradicción campo-ciudad aparece como motivo de fondo en muchas de sus obras. En La situación de la clase obrera en Inglaterra, de 1845, Engels ofreció la primera descripción del capitalismo industrial en un gran país, con un fuerte contenido empírico de las consecuencias de la primera industrialización. Poco tiempo después en La ideología alemana, ambos autores construían un relato útil para analizar el camino de lucha y contradicción entre el campo y la ciudad, a medida que la división social del trabajo se iba profundizando. La cuestión fue retomada en el Manifiesto del Partido Comunista en su forma programática y en El capital, en el que la relación entre división social del trabajo y contradicción campo-ciudad se hace clara, y en el que sin tener un capítulo dedicado a ella, el tomo primero se encuentra ampliamente impregnado de la misma.

En la explicación de Marx, sobre todo contenida en el capítulo XXIV del primer volumen de El capital, los cambios en las relaciones de clase son presentados como el origen del capitalismo, específicamente en los derechos de propiedad de los que surgen las dos clases sociales que;

[…] han de enfrentarse y entrar en contacto [dos clases muy diversas de poseedores de mercancías]; de una parte, los propietarios de dinero, medios de producción y artículos de consumo deseosos de explotar la suma de valor de su propiedad mediante la compra de fuerza ajena de trabajo; de otra parte, los obreros libres, vendedores de su propia fuerza de trabajo y, por tanto, de su trabajo (Marx, 1975MARX, K. El capital. México: Siglo XXI. 1975[1867]. v. 1[1867], p. 892).

La importancia está, no tanto en la actividad comercial, como en el largo proceso de apropiación y desposesión. Una expropiación que se realizó a través de la expulsión de los campesinos de sus tierras, del cercamiento de las mismas, y de la negación al acceso de bienes comunes. La consecuencia, ahora vinculada a la cuestión del mercado, es su dependencia total - también para la subsistencia -, pasando de una sociedad con mercados a la sociedad de mercado capitalista, acabando así con la unidad entre producción y reproducción (Polanyi, 1944POLANYI, K. The Great Transformation. Boston: Beacon, 1944. ).

El hilo que continua el debate es el protagonizado por algunos historiadores marxistas británicos, entre los que se destaca Maurice Dobb, Rodney Hilton, Eric Hobsbawm, John Merrington y Ellen Meiksins Wood. Ese debate fue recogido y sintetizado en La transición del feudalismo al capitalismo, publicado en 1976 por Rodney Hilton, con las aportaciones a la discusión de diferentes autores y desde muy diversos puntos de vista.

Por su parte, en Los orígenes agrarios del capitalismo, Ellen Meiksins Wood, frente a la posición que vincula de forma natural ciudad y capitalismo, presenta la tesis por la que “el capitalismo, con sus impulsos específicos a la acumulación y la maximización de ganancias, no nació en la ciudad, sino en el campo, en un lugar muy concreto y muy tarde en la historia humana” (Wood, 2016WOOD, E. M. Los orígenes agrarios del capitalismo. Monthly Review, Selecciones en castellano, 3ª época, n. 2, 2016[1998]. [1998], p. 2).

La dinámica capitalista, el crecimiento constante y la búsqueda de beneficio, encontró unas condiciones previas muy favorables en la Inglaterra del siglo XVI. Entre ellas, un estado monárquico centralizado, tierras concentradas en pocas manos, y debido a esto, no propietarios sino arrendatarios (farmers) trabajando dichas tierras. Fue generándose, así, un mercado inmobiliario de arriendos, y una dependencia del mercado para pagar dicho arriendo, que al incrementar su valor obligaba al arrendatario a mejorar su productividad. La mejora de la productividad es, para Wood, una de las claves que explican las alianzas de intereses en el momento (terratenientes expropiadores de excedentes y comerciantes), y a la obligada redefinición de las relaciones de propiedad, cuya “transformación [de las relaciones sociales de propiedad] tuvo su origen en el campo, y la transformación del comercio y la industria ingleses, más que causa, fue consecuencia de la transición de Inglaterra al capitalismo” (Wood, 2016WOOD, E. M. Los orígenes agrarios del capitalismo. Monthly Review, Selecciones en castellano, 3ª época, n. 2, 2016[1998].[1998], p. 17).

Wood continuó desarrollando esa visión histórica que rompe con la concepción de modos de producción compartimentados. Una idea imprescindible para la reflexión que aquí se presenta, pues, la posible transición en marcha necesariamente partirá del impulso, y también de la disolución, de elementos hoy presentes en el modo de producir propio del capitalismo en crisis. A ese modelo de explicación histórica contribuyó también John Merrington con el desarrollo de su tesis en Ciudad y campo en la transición al capitalismo, incluido en la edición de Hilton.

En la transición al capitalismo puede observarse un triunfo de la ciudad sobre el campo, mediante el proceso de ruralización, de convertir la agricultura en un sector de la industria más. Esto conduce directamente al debate sobre la precedencia de la ciudad a la agricultura, presentado por Jane Jacobs a partir del caso del yacimiento de Çatal Huyuk (Anatolia central); y no al contrario como explicaba, y explica, la concepción evolutiva del desarrollo social y urbano (Jacobs, 1969JACOBS, J. The economy of cities. New York: Random House, 1969.). Cómo se dio el crecimiento de las ciudades que les permitieron acabar con su dependencia del campo, hasta someterlo, es a lo que Merrington pretende dar respuesta. Y lo hace trayendo una pluralidad de situaciones y contextos - no sólo europeos -, que rompen con la visión homogeneizadora del modo de producción feudal.2 2 Una de las aportaciones más relevantes del texto de Eric Hobsbawm en el compendio de Hilton es, precisamente, una periodización de seis etapas de la transición del feudalismo al capitalismo, que complejiza dicho debate.

Para ello, Merrington partió de la crítica a las teorías evolutivas sobre el origen del capitalismo, que sitúan al mercado - urbano - como “principio motor” externo que disolvió a la economía feudal de subsistencia que tenía enfrente. Ante esa crítica, y sin rechazar:

[…] la especificidad de que gozan la ciudad y el capital mercantil dentro del modo de producción feudal, ¿cuáles fueron los factores determinantes de la “revolución urbana” en Europa occidental que llevaron a la disolución de este modo y a una ulterior conquista del campo por parte de la ciudad? ¿cómo pueden las ciudades ser interiores y exteriores a un mismo tiempo? ¿Cuál es la forma específica que adopta en occidente la oposición campo-ciudad, situados uno y otro dentro y frente al feudalismo? (Merrington, 1978MERRINGTON, J. Ciudad y campo en la transición al capitalismo. En: HILTON, R. (ed.). La transición del feudalismo al capitalismo. Barcelona, ES: Crítica , 1978. p. 238-277., p. 246).

Esas preguntas van siendo respondidas a medida que avanza la explicación histórica. El capital mercantil es la base de acumulación en las ciudades medievales, cuyo desarrollo se explica, las más veces, por la autonomía, el autogobierno y los privilegios de los que gozaban algunas ciudades frente a otras ciudades, a sus suburbios y al campo. La particularidad de la explicación de Merrington es que a ese hecho lo denomina “exterioridad interna”, pues a diferencia de la idea que concebía a las ciudades como “islas no feudales”, la ciudad actuaba de hecho como un señor feudal colectivo aprovechando el estado de soberanía atomizada, “de ahí que el ‘capitalismo’ urbano fuera, a un mismo tiempo, interior y exterior al modo de producción feudal” (Merrington, 1978, p. 250). Esto invalida, por otro lado, su consideración de “principio motor”, pues la existencia de mercancías y de capital mercantil no son suficientes para dar origen al modo de producción capitalista.

Con el proceso de creación de los mercados nacionales, a través de los proyectos de Estado-nación y el absolutismo, la afirmación de la soberanía nacional, y la expansión comercial colonial, ocurrió una refeudalización de la ciudad, una vuelta del capital urbano a la tierra. Aquella exterioridad interna -privilegios frente a otros- que entonces permitió su crecimiento, se presentaba en aquel momento como una limitación:

[…] este fracaso, general si exceptuamos el noroeste de Europa, en ir más allá del exclusivismo representado por las estructuras gremiales y municipales y de la producción de bienes de alta calidad para un mercado escasamente creciente, constituye el factor esencial del declive de la economía urbana en Italia (Merrington, 1978MERRINGTON, J. Ciudad y campo en la transición al capitalismo. En: HILTON, R. (ed.). La transición del feudalismo al capitalismo. Barcelona, ES: Crítica , 1978. p. 238-277., p. 258).

La vuelta del capital urbano a la tierra condujo a un feudalismo rentista, a la alianza del capital mercantil y los grandes terratenientes, que destinó la inversión urbana al campo, dirigido por la especulación y la usura a través de rentas de propiedad principalmente, en el momento en el que estas empezaban a pagarse de forma monetaria. Esta expansión económica especulativa encontró su límite en los mercados internos definidos por los Estados-nación. Límite del cual sólo consiguió escapar Inglaterra, cuya acumulación se basó en el comercio colonial más que en el mercado interior. Esta crisis del siglo XVII “coincide con la primera ruptura frontal con el viejo modo, la revolución inglesa. Inmediatamente después, un periodo de expansión económica renovada y crecientemente generalizado, que culmina con el triunfo definitivo de la sociedad capitalista” (Hobsbawm, 1978HOBSBAWM, E. Del feudalismo al capitalismo. En: HILTON, R. (ed.). La transición del feudalismo al capitalismo. Barcelona, ES: Crítica, 1978. p. 223-230., p. 227).

Esa revolución inglesa son aquellos orígenes agrarios que presenta Wood, un capitalismo agrario-industrial que fue generando una división del trabajo en la que la agricultura era una industria más, y el trabajo era libre asalariado, tras las leyes de expropiación y cercamiento que provocaron una migración rural masiva. Esa primera ruptura frontal:

[…] abre el camino a un permanente y acelerado proceso de urbanización basado en la “concentración de la fuerza motriz social en grandes ciudades” (Marx) y en la subordinación de la agricultura, que pasa a convertirse en una mera rama de la industria. El dominio de la ciudad ya no vendrá por más tiempo impuesto desde el exterior. Ahora se reproduce como parte integrante del proceso de acumulación, transformando la producción rural y asignándole una nueva ubicación espacial “desde dentro” (Merrington, 1978MERRINGTON, J. Ciudad y campo en la transición al capitalismo. En: HILTON, R. (ed.). La transición del feudalismo al capitalismo. Barcelona, ES: Crítica , 1978. p. 238-277., p. 268).

De todas las aportaciones realizadas a este debate en el contexto latinoamericano, cuyo recorrido ha sido publicado recientemente (Marchena; Schlez; Chust, 2020MARCHENA, J.; SCHLEZ, M.; CHUST, M. El debate permanente: modos de producción y revolución en América Latina. Santiago de Chile: Ariadna, 2020. ), se destaca el momento de mayor intercambio con las propuestas europeas, cuando se generó un salto cualitativo en las posiciones latinoamericanas, dando continuidad al repaso propuesto en este texto. La traducción al español del libro de Hilton, junto a la traducción de Estudios sobre el desarrollo del capitalismo, de Dobb, tuvieron un fuerte impacto en el debate sobre los modos de producción en América Latina, en las décadas de los 1960 y 70. Un debate que hizo emerger novedosas lecturas sobre la cuestión, suponiendo una explosión de vitalidad del marxismo latinoamericano.

Cabe destacar algunos de los elementos que fueron cristalizando entonces. Se fue pasando de la necesidad de definir las etapas de los modos de producción (esclavista, feudal, capitalista) a la investigación de la especificidad latinoamericana, de su evolución diferencial. Fue generándose un fuerte núcleo de debate interdisciplinar y metodológicamente plural, alrededor de universidades, congresos, editoriales y revistas, como Siglo XXI, o Pasado y Presente. Aparecieron nuevas categorías de análisis, alrededor del hecho colonial, como el feudalismo colonial, el esclavismo colonial, o el modo de producción colonial acuñado por Cardoso. Surgieron también nuevos conceptos, especialmente el de formación económica-social, complementando al de modo de producción. Y emergió el debate de las clases sociales, y la identificación de la burguesía nacional dominante de la transición estudiada (Marchena; Schlez; Chust, 2020MARCHENA, J.; SCHLEZ, M.; CHUST, M. El debate permanente: modos de producción y revolución en América Latina. Santiago de Chile: Ariadna, 2020. ).

Así, el momento aquí considerado aportó robustez al concepto de modo de producción, ampliándolo a través de la advertencia que dicho concepto no obedece a una sucesión de etapas que encajan cronológica y rítmicamente en cualquier parte del mundo. Y desplazaron, así, el centro del debate, centrándolo en la caracterización de las sociedades latinoamericanas después de la conquista europea, con experiencias novedosas y plurales, en cuanto al cómo y porqué las sociedades cambian, deshaciéndose así de conceptos y categorías provenientes de contextos apegados a los orígenes del capitalismo, y haciendo intervenir en el debate latinoamericano a los pensadores europeos que hasta ahora no habían fijado su atención en América Latina, como Hobsbawm o Vilar.

La cristalización de ese momento toma forma en el libro organizado por Carlos Sempat Assadourian, Ciro Cardoso, Horacio Ciafardini, Juan Carlos Garavaglia y Ernesto Laclau; seguramente, una de las principales piezas en la construcción de ese debate en el continente suramericano, surgido, en parte, como respuesta a la intervención en dicho debate de André Gunder Frank y su Capitalismo y subdesarrollo en América Latina, publicado en 1967. El capítulo de Ciro Cardoso es una de las referencias en el debate brasileño junto a Formação econômica do Brasil, de Celso Furtado, publicado en 1959, y A revolução brasileira, de Caio Prado Júnior, de 1966.

En cuanto a las cuestiones recogidas en esos núcleos del debate destacan, entre otras: (a) la que contrapone al concepto de modo de producción, que recoge unos elementos comunes de un conjunto de sociedades, el concepto de formación económica-social que se refiere a una realidad concretada en el tiempo y en el espacio, (b) la que se pregunta por los modos de producción que se encuentran en la historia de América Latina, y que se sintetiza en:

[…] aquellos, que sostienen que las sociedades latinoamericanas han tenido un carácter feudal, desde sus mismos orígenes, entienden por tal una sociedad cerrada, tradicional, resistente al cambio y no integrada a la economía de mercado […y…] los defensores de la tesis opuesta sostienen en cambio, que América Latina ha sido siempre capitalista, ya que desde el período colonial estuvo plenamente incorporada al mercado mundial (Laclau, 1973LACLAU, E. Feudalismo y capitalismo en América Latina. En: ASSODOURIAN, C. S.; CARDOSO, C. F. S.; CIAFARDINI, H.; GARAVAGLIA, J. C.; LACLAU, E. Modos de producción en América Latina. Buenos Aires: Siglo XXI , 1973. p. 23-46., p. 23);

(c) la que replicando el debate sobre el papel de la producción y la circulación en el origen del capitalismo, enfrenta las tesis de raíz smithiana sobre el comercio con las que argumentan que “la disolución de un modo de producción ‘anterior’ por parte del capital comercial, no lleva, en los espacios coloniales americanos, especialmente hasta bien avanzado el segundo cuarto del siglo XIX, a la constitución de relaciones capitalistas de producción” (Assadourian et al., 1973, p. 10) y, por último, (d) la que sitúa como elemento dominante en las sociedades latinoamericanas a la relación colonial por encima de un modo de producción hegemónico, pues “es evidente que si hay algo que da sentido a todo el sistema en nuestros espacios coloniales, ese elemento es la relación colonial y no tal o cual modo de producción nativo” (Assadourian et al., 1973, p. 14).

Ya desde los Estudios Urbanos la referencia a Henri Lefebvre es imprescindible, pues de sus trabajos de sociología rural y urbana surgen los debates actuales sobre la contradicción campo-ciudad, además de completar el conjunto de las aportaciones a dicho debate desde el marxismo más lúcido y heterodoxo.

A pesar de la estrechez con que a menudo es estudiada, analizada y presentada la obra de Lefebvre, sus trabajos más tempranos ya pretendían dar respuesta a las relaciones entre el campo y la ciudad, vistas desde diferentes ópticas. Desde sus primeros trabajos de sociología rural, fuertemente empíricos, a sus últimas aportaciones sobre la disolución de la ciudad, el análisis del capitalismo, el estudio de las fuerzas revolucionarias y sus alternativas, la construcción teórica de una ciencia de lo urbano frente a la mediocridad del urbanismo, la crítica de la vida cotidiana, se conectan en un análisis totalizador de las décadas finales del siglo XX.

En una entrevista en la revista española Triunfo al ser preguntado por el Mayo del 68 como la última revolución del siglo XX, Lefebvre respondió: “Por el contrario, los considero como el comienzo de la primera revolución de este siglo. Las revoluciones anteriores llevan la fecha del siglo diecinueve, la impronta agraria” (García Rico; Alonso de los Ríos, 1968GARCÍA RICO, E.; ALONSO DE LOS RÍOS, C. 15 preguntas a Henri Lefebvre. Triunfo, v. 23, n. 341, p. 32-36, 1968. Disponível em: Disponível em: http://hdl.handle.net/10366/39364 . Acesso em: 14 jun. 2015.
http://hdl.handle.net/10366/39364...
, p. 32).

Entonces, se ponía en marcha la contrarreforma del capitalismo surgido de la victoria antifascista de la Segunda Guerra Mundial. Esa contrarreforma restauró, a través de la globalización, como comúnmente se conoce la actual fase del capitalismo, muchas de las características del capitalismo de la Belle Époque (1871-1914). Entre ellas, la mundialización de la economía, a través de la libertad de movimientos de capitales, un sistema financiero fuera de todo control, la debilitación de las regulaciones laborales, entre otras3 3 Un imprescindible recorrido sobre la economía política del último tercio del siglo XX y los primeros años del siglo XXI se encuentra en Domènech, A. República e socialismo também para o século XXI. Trad. Katarina Peixoto. Carta Maior, 6 out. 2008. Disponível em: https://www.cartamaior.com.br/?/Editoria/Politica/Republica-e-Socialismo-tambem-para-o-seculo-XXI/4/14498. Acesso em: 14 jun. 2021. (Domènech, 2004DOMÈNECH, A. República y socialismo también para el siglo XXI. Sin Permiso, n. 1, 2004. ).

Desde aquella restauración del capitalismo de los imperios, las crisis se han ido sucediendo sin descanso en diferentes partes del mundo; aún más, si lo comparamos con el capitalismo reformado de posguerra (1945-1970). Tratar cada uno de esos episodios ocuparía un espacio considerable de la discusión, sin ser el objetivo del presente texto. Sin embargo, desde 1970 pueden enumerarse la crisis del petróleo de 1973, la crisis asiática de 1997, la Gran Recesión de 2007-2008, la crisis de la deuda europea de 2010, y finalmente la crisis de 2020, cuyas consecuencias previsiblemente superarán cualquier situación registrada anteriormente (Tooze, 2018TOOZE, A. Crashed: how a decade of financial crises changed the world. London: Allen Lane/New York: Viking, 2018.). La crisis es por tanto una tendencia que se cronifica en la economía política de todo el mundo desde 1970 hasta la actualidad.

A ello hay que añadir los factores de la globalización actual: la unicidad de la técnica, la convergencia de los momentos, la cognoscibilidad del planeta, y el motor único (Santos, 2000SANTOS, M. Por uma outra globalização. São Paulo: Record, 2000.). El estado actual de las técnicas hace posible la globalización, esa es la novedad que trae la recuperación del capitalismo de los imperios. Esa es la estructura de un período que, lejos de los pronósticos de los adalides de la contrarreforma de 1970, es en sí mismo una crisis. Pues, si algo caracteriza el tiempo social presente es la cronificación de la crisis de 2008. Con la caída de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008 se dio inicio a lo que parecía una fase más de crisis transitoria entre uno y otro momento de crecimiento económico. En pocos años se asistió a una permanencia, al menos, de las consecuencias económicas, políticas y sociales que tanto la primera crisis como sus políticas de respuesta habían provocado.

En este contexto, el capitalismo en crisis, que coincide y se superpone históricamente a la superación de la contradicción campo-ciudad, parece oportuno plantear de nuevo la cuestión de la transición. La contingencia tanto del funcionamiento de los modos de producir, como de las sociedades humanas, invitan a pensar que la transición es difícilmente fechable. A lo que se está asistiendo, en realidad, es al agotamiento de una contrarreforma que, incluso sus valedores, no encuentran ya rentable. Una contrarreforma que implica una estructura geopolítica también en transformación: el auge de la República Popular China, el declive diplomático y la crisis institucional de la Unión Europea, el declive de los Estados Unidos de Norteamérica, la tímida superioridad diplomática de Rusia en su área de influencia, entre otros.

Dicho esto, ¿qué es la contradicción campo-ciudad, y cuál es su estado actual? Se parte de la consideración de esa contradicción como un elemento constituyente de los modos de producción, de acuerdo al análisis contenido en La ideología alemana. Un análisis guiado por las diferentes formas de propiedad, que desde la tribal a la privada capitalista han ido produciendo divisiones sociales del trabajo distintas, hasta la más compleja en la actualidad, cristalizando en una estructura social de clanes, estamentos y clases, cuya dominación es organizada en base a la contradicción entre el campo y la ciudad (Figura 1).

Figura 1
Elementos de los modos de producción

Las relaciones entre todo esos elementos, y la posición central de la contradicción en el actual modo de producir, quedan sintetizadas en la idea que;

[…] la base de toda división social del trabajo desarrollada, mediada por el intercambio de mercancías, es la separación entre la ciudad y el campo. Puede decirse que toda la historia económica de la sociedad se resume en el movimiento de esta antítesis. No nos detendremos aquí, sin embargo, para considerarla (Marx, 1975MARX, K. El capital. México: Siglo XXI. 1975[1867]. v. 1[1867], p. 429).

Así, la contradicción campo-ciudad debe entenderse en permanente relación con los otros elementos constituyentes. Sin embargo, en ese obviar legítimo de la cuestión por parte de Marx, la contradicción debe ser también aislada y pensada como concepto, para devolverlo claro y preciso al análisis de ese cambio de época, lento, contradictorio y, siempre reversible, que parece estar dibujando un nuevo orden social, económico, político y cultural. Es por eso que el escrutinio del estado actual de la contradicción campo-ciudad se hace necesario en este momento, ya que como elemento constitutivo del modo de producir capitalista, una transformación como la que aquí está siendo explorada bien puede estar señalando una nueva fase del modo de producción capitalista tal y como se ha venido organizando a partir de 1970.4 4 Las recientes aportaciones de Wallerstein recogidas en Does capitalism have a future? (2013) y de Wolfgang Streeck con su How will capitalism end? (2016), reflexionan sobre el posible final del capitalismo.

La urbanización planetaria: la contradicción como teoría

Se aborda, a continuación, la contradicción campo-ciudad como teoría, para lo que es necesario recurrir a la hipótesis por la cual se afirma que tal contradicción ha sido superada, o se encuentra en proceso de superación. Dicha hipótesis fue formulada en las primeras páginas de La revolución urbana, de Lefebvre (1976LEFEBVRE, H. La revolución urbana. Madrid: Alianza, 1976[1970].[1970], p. 15, traducción propia):

Partiremos de una hipótesis: la urbanización completa de la sociedad, hipótesis que habrá que sostener con argumentos, y reforzar con los hechos. Dicha hipótesis implica una definición. Llamaremos “sociedad urbana” a aquella que resulta de la urbanización completa, hoy virtual, mañana real.

Tal formulación es, sin duda, el obligado punto de partida hasta llegar a la contradicción campo-ciudad como teoría, ya que es a partir de la relectura de Lefebvre que recientes aportaciones han sido capaces de proponer la urbanización planetaria como paradigma para los actuales Estudios Urbanos (Brenner, 2014BRENNER, N. Implosions-explosions: towards a study of planetary urbanization. Berlin: Jovis, 2014. ). Con ello, se rompe con el consenso que la actual hegemonía académica viene difundiendo: que la problemática urbana se materializa fundamentalmente en las ciudades, concebidas como un tipo de asentamiento caracterizado por su dimensión, su densidad, su diversidad, a partir de los cuales puede distinguirse aquello que es ciudad y aquello que queda fuera, y que le es ajeno (Brenner; Schmid, 2015BRENNER, N.; SCHMID, C. Towards a new epistemology of the urban? City, v. 19, n. 2-3, p. 151-182, 2015. doi: https://doi.org/10.1080/13604813.2015.1014712.
https://doi.org/10.1080/13604813.2015.10...
).

De acuerdo con el esquema contenido en La revolución urbana, Lefebvre estableció una línea del tiempo, de carácter teórico y para las transiciones ocurridas en Europa, que indica en cada momento el resultado de la contradicción campo-ciudad (Figura 2). Hoy la contradicción habría sido prácticamente superada, y la zona crítica se estaría consolidando, dando paso a la revolución urbana que definió como:

[…] el conjunto de transformaciones que se producen en la sociedad contemporánea para marcar el paso desde el período en el que predominan los problemas de crecimiento y de industrialización (modelo, planificación, programación) a aquel otro en el que predominará ante todo la problemática urbana y donde la búsqueda de soluciones y modelos propios a la sociedad urbana pasará a un primer plano (Lefebvre, 1976LEFEBVRE, H. La revolución urbana. Madrid: Alianza, 1976[1970].[1970], p. 19).

Figura 2
Esquema de la contradicción campo-ciudad

La actual geografía del capitalismo, décadas después de iniciado su proyecto contrareformador, no se corresponde ya con el consenso antes mencionado, pues la actual frontera urbana se compone hoy de vectores que van más allá de la aglomeración. Van apareciendo (a) nuevas geografías de desarrollo espacial desigual, (b) que producen distintas naturalezas de las realidades urbanas, que no responden ya únicamente al crecimiento y expansión de las aglomeraciones fruto de las dinámicas industriales y (c) nuevas regulaciones políticas y de gestión de lo urbano, que desafían definitivamente el consenso de la “nueva era urbana”5 5 Se ha venido a denominar así el conjunto de discursos políticos y académicos que sostienen el actual consenso en los Estudios Urbanos, y en la manera de concebir, analizar y gestionar las ciudades, cuyos algunos exponentes son Edward Glaeser, Jeb Brugman o Richard Florida. Esa “nueva era urbana” se proclamó en un informe de Naciones Unidas en el año 2000, cuando sus estadísticas señalaron que el 50% de la población mundial ya habitaba en una ciudad. (Brenner; Schmid, 2015BRENNER, N.; SCHMID, C. Towards a new epistemology of the urban? City, v. 19, n. 2-3, p. 151-182, 2015. doi: https://doi.org/10.1080/13604813.2015.1014712.
https://doi.org/10.1080/13604813.2015.10...
).

La urbanización planetaria es, pues, en primer lugar, la realización parcial de la hipótesis de Lefebvre concretada a través de procesos de urbanización que se producen más allá de la aglomeración. Procesos que se dan en áreas que no se presentan con las características propias de la ciudad - concentración, densidad, heterogeneidad -, y sin las cuáles, en cambio, las aglomeraciones no podrían funcionar: producción de alimentos, servicios de distribución y logística, provisión de materias primas, almacenamiento y tratamiento de residuos, entre otros (Brenner; Schmid, 2015BRENNER, N.; SCHMID, C. Towards a new epistemology of the urban? City, v. 19, n. 2-3, p. 151-182, 2015. doi: https://doi.org/10.1080/13604813.2015.1014712.
https://doi.org/10.1080/13604813.2015.10...
).

Además de transformaciones en el espacio propiamente construido, esas áreas se producen a través de la construcción de redes de infraestructura, de cultivos agroindustriales y plataformas logísticas de circulación cada más vez extensos y densos. La urbanización planetaria es pues la constatación de la operacionalización de todo el planeta, que sostiene los actuales procesos de acumulación y circulación de capital, por lo que:

[…] cada vez es más evidente que lo urbano se ha convertido de hecho en una condición mundial en la que todos los aspectos de las relaciones sociales, económicas, políticas y ambientales se entrelazan, a través de lugares, territorios y escalas, cruzando cualquier número de divisiones geográficas arraigadas desde hace mucho tiempo (urbano/rural, ciudad/campo, sociedad/naturaleza, Norte/Sur, Este/Oeste) (Brenner; Schmid, 2015BRENNER, N.; SCHMID, C. Towards a new epistemology of the urban? City, v. 19, n. 2-3, p. 151-182, 2015. doi: https://doi.org/10.1080/13604813.2015.1014712.
https://doi.org/10.1080/13604813.2015.10...
, p. 173).

En segundo lugar, la urbanización planetaria es un ejercicio epistemológico para hacer frente a esa realidad ya consistentemente, aunque desigualmente, formada. Por ello, lejos de las acusaciones de homogeneización de lo urbano, la propuesta teórico-metodológica de la urbanización planetaria no es aplicada universalmente, sino que atiende a la complejidad, heterogeneidad, y especificidad con la que hoy se presenta el fenómeno urbano.

Los esfuerzos teórico-metodológicos se orientan hacia: (a) la superación de la visión urbano-céntrica que la actual hegemonía ha impuesto, y que circunscribe lo urbano a la aglomeración definida empíricamente a través de criterios demográficos i/o paisajísticos, (b) la construcción de lo urbano como una abstracción teórica - lejos de su asociación con el crecimiento de la ciudad -, atendiendo a la especificidad con la que las contradicciones entre el espacio y la sociedad producen los lugares, los territorios, las escalas y las redes, (c) la atención a los procesos sociales, económicos, políticos y culturales que se relacionan con lo urbano: crisis crónica del capitalismo, quiebra del proyecto moderno, principalmente, (d) la interpretación de las nuevas realidades de diferenciación socioespacial y desigualdad socioterritorial, superando la tradicional diferenciación urbano-suburbano-rural y (e) la captura de la urbanización capitalista en sus tres momentos: concentración, extensión y diferencial (Brenner, 2018BRENNER, N. Espaços da urbanização: o urbano a partir da teoria crítica. Rio de Janeiro: Letra Capital, 2018. ).

La urbanización diferencial: la contradicción como método

Sobre la hipótesis de 1970 (Figura 2), la fase crítica ha continuado siendo explorada. En el avance sobre el análisis de la urbanización contemporánea es útil contemplarla a través de sus tres momentos constitutivos, como se acaba de referir, que no siguen un orden cronológico, sino que coexisten y se sobreponen: (a) el de la urbanización concentrada, en la que se concentra capital y personas en la aglomeración, es por tanto, la urbanización propia de la ciudad y de la metrópolis, (b) el de la urbanización extendida, por la que se operacionalizan, a través de distintas formas de urbanización, lugares y territorios más allá de la concentración, concretándose en las áreas de influencia de las metrópolis y las ciudades, en las ciudades de menor porte, en las extensas redes de infraestructuras que atraviesan los territorios, en la operacionalización de territorios salvajes, entre otros, (c) y el de la urbanización diferencial, que implica una ruptura con el orden social y espacial heredado, la producción de nuevos potenciales urbanos para la apropiación de las configuraciones urbanas ya existentes, y la creación de formas nuevas del espacio urbano (Brenner; Schmid, 2015BRENNER, N.; SCHMID, C. Towards a new epistemology of the urban? City, v. 19, n. 2-3, p. 151-182, 2015. doi: https://doi.org/10.1080/13604813.2015.1014712.
https://doi.org/10.1080/13604813.2015.10...
).

La urbanización diferencial - aún necesitada de elaboración teórico-interpretativa - sintetiza, junto a los otros dos momentos de la urbanización, el dinamismo con el que las formas capitalistas de la urbanización actúan hoy, en una lógica de innovación y obsolescencia de dichas formas. En ella se enmarcan también todos los procesos urbanos - concentrados y extendidos - que hoy son más rápidos, más cambiantes, que se aceleran al mismo ritmo que las contradicciones propias del capitalismo en crisis. Esos procesos contradictorios - de aceleración y estancamiento -, en la relación entre el espacio y la sociedad, se territorializan y contradicen la vida cotidiana, haciéndola más difícil, más injusta, más peligrosa, y menos vivible.

Este tercer momento relaciona y contiene, así, los otros dos, e incorpora además los procesos sociales, económicos, políticos y culturales que dan forma al presente, y también a lo urbano. Estos, están hoy atravesados, en primer lugar, por la cronificación de la crisis capitalista de 2008, un episodio más en la fase de capitalismo en crisis inaugurada en 1970; y en segundo lugar, por la quiebra del proyecto moderno, la crisis del sujeto individual y colectivo, y la recreación de una falsa unidad que conduce a la alienación y al rechazo de la sociedad (Debord, 1967DEBORD, G. La société du spectacle. Paris: Buchet/Chastel, 1967.). Tendencias que hoy comprometen, también, el orden social y espacial heredado, transformado por las dinámicas que incorpora la urbanización diferencial. Esas tres dinámicas caracterizan las actuales relaciones entre el espacio y la sociedad cuyo corolario es una nueva fragmentación socioespacial.

Además, la urbanización diferencial permite delimitar el contenido y la dirección de la actual frontera urbana, que hoy se dirige a través de una profundización de la división social del trabajo, que conduce a la superación de la contradicción campo-ciudad, concretada en diversas expresiones, y se sitúa en: áreas metropolitanas consolidadas y nuevas áreas transnacionales, áreas de influencia y, espacios salvajes, en las cuales pueden observarse más o menos acentuados las siguientes dinámicas:

En primer lugar, se observan procesos de urbanización, heterogéneos, polimórficos, contradictorios, en y más allá de las tejidos urbanos consolidados. Se destacan los procesos de verticalización constructiva y políticas de vacíos urbanos, las acciones de retomadas por parte de población indígena, las expansiones de centros consolidados a partir de dinámicas del comercio y el consumo, el crecimiento del tejido urbano a partir de la construcción de promociones de alta renta y de conjuntos residenciales populares, la instalación de fábricas, o la extensión de tierras de cultivo a partir de la mecanización de esos trabajo, entre otros (Sposito, M., 2019SPOSITO, M. E. B. Diferenças e desigualdades em cidades médias no Brasil: da segregação à fragmentação socioespacial. En: LATIN AMERICA STUDIES ASSOCIATION, 37., 2019, Boston. Lasa 2019 Congress Papers, Boston, 2019. v. 1. p. 1-25.). Estos procesos se producen impregnados de la dialéctica innovación-obsolescencia con la que la urbanización diferencial territoriliza las contradicciones propias del capitalismo en crisis, y de las relaciones espacio-sociedad resultantes; así, el producto de muchos de esos procesos antes enumerados nacen prácticamente obsoletos.

Todas estas transformaciones están en marcha en gran parte de las áreas de influencia de las principales aglomeraciones en América Latina, situando estas áreas en los vectores principales de avance de la urbanización diferencial (Brenner; Katsikis, 2020BRENNER, N.; KATSIKIS, N. Operational landscapes: hinterland on the capitalocene. Architectural Design, v. 90, p. 22-31, 2020. doi: https://doi.org/10.1002/ad.2521.
https://doi.org/10.1002/ad.2521...
). Pueden incluirse dentro del par implosiones-explosiones, siendo esta una herramienta metodológica adecuada con la que empirizar la urbanización diferencial como método, y que Lefebvre concretó como:

[…] una gran concentración (de personas, de actividades, de riqueza, de bienes y objetos, de herramientas, de medios, de pensamiento), en la realidad urbana y, un choque mayor, la proyección de fragmentos múltiples y dispersos (periferias, secundarias residencias, satélites, etc.) (Lefebvre, 1976LEFEBVRE, H. La revolución urbana. Madrid: Alianza, 1976[1970].[1970], p. 26).

En segundo lugar, se constata una crisis de la planificación urbana, que caracteriza también a la urbanización diferencial. Una lógica por la que, a través de la homogeneización y fragmentación del espacio abstracto por el cual toda la superficie terrestre queda clasificada - usos del suelo - y susceptible de ser urbanizada, se permite y se facilita que todo quepa (Lefebvre, 1974LEFEBVRE, H. La production de l’espace. Paris: Anthropos, 1974.). Esto, de acuerdo a la quiebra del proyecto moderno, se realiza a través de: la pérdida de la exclusividad en las tareas de planificación urbana por parte de la administración pública, y la aparición de nuevos actores que se articulan en auténticas redes de “mejoradores” de los rendimientos del suelo (Wood, 2016WOOD, E. M. Los orígenes agrarios del capitalismo. Monthly Review, Selecciones en castellano, 3ª época, n. 2, 2016[1998].[1998]); de la construcción de espacios, tanto residenciales como comerciales, que siguiendo los principios generales de la arquitectura posmoderna obvian el entorno y se constituyen en verdaderos espacios totales, cerrados y completos (Jameson, 1984JAMESON, F. Postmodernism or the cultural logic of late capitalism. Oxford: New Left Review, 1984. ); lo que conduce finalmente a un urbanismo “posmoderno”, por la que la planificación urbana del entorno - calles, iluminación, etc. - se deja a elección de inmobiliarias y constructoras.

Por último, se confirma la existencia de un conflicto abierto que desemboca en la subsunción6 6 El concepto de subsunción es desarrollado por Marx en su Capítulo VI (inédito), que finalmente no incluyó en la versión final del primer volumen de El capital. del campo y de lo supuestamente salvaje - que necesita ser recreado - por parte de lo urbano, esto es, que al mismo tiempo que sirven y funcionan para la totalidad - lo urbano -, se resisten a ser asimilados. Se pasa, así, del sometimiento del campo, descrito en la primera parte de este texto - el largo proceso de consolidación del modo de producción capitalista -, a su asimilación. La división social del trabajo es la responsable de la misma, a través de: la agroindustria, la mecanización y tecnificación de trabajos agrícolas, la reubicación de la minería y otras industrias y, el desarrollo de las infraestructuras y las plataformas logísticas (Arboleda, 2018ARBOLEDA, M. Extracción en movimiento: circulación del capital, poder estatal y urbanización logística en el norte minero de Chile. Investigaciones Geográficas, n. 56, p. 3-26. 2018. Disponível em: Disponível em: http://urbantheorylab.net/site/assets/files/1236/arboleda_extracci_n_en_movimiento.pdf . Acesso em: 14 jun. 2021.
http://urbantheorylab.net/site/assets/fi...
; Astegiano, 2020ASTEGIANO, N. Objetos técnicos en la agricultura moderna: de la individuación al medio. Geousp, v. 24, n. 2, p. 181-202, 2020. doi: https://doi.org/10.11606/issn.2179-0892.geousp.2020.144753.
https://doi.org/10.11606/issn.2179-0892....
).

Consideraciones finales

Se ha presentado hasta aquí una propuesta con la que seguir desarrollando la contradicción campo-ciudad, teórica y metodológicamente, como variable del cambio social, así como las relaciones entre esta y la división social del trabajo. Se sintetizan, por último, algunas consideraciones finales estableciendo las necesarias relaciones entre las tendencias a la diferenciación espacial, la fragmentación socioespacial y la contradicción campo-ciudad.

  1. En la actual fase del capitalismo en crisis, iniciada con su contrarreforma en 1970, se asiste a la consolidación de la sociedad urbana, cuyo arranqué intuyó Lefebvre, quien advirtió también del riesgo de que esa nueva realidad se convirtiera en un campo ciego, al ser analizada con los conceptos, teorías y herramientas propias de la sociedad que entonces se agotaba. Es por ello que se propone un desarrollo teórico y metodológico de la contradicción campo-ciudad como concepto explicativo de las relaciones espacio-sociedad en el capitalismo en crisis. Un desarrollo teórico que bebe de los nudos principales del debate sobre el origen del capitalismo en Europa, y las diversas transiciones al mismo en América Latina, ya que la contradicción campo-ciudad se constituye hoy, teóricamente, como una hipótesis confirmada, la urbanización planetaria, que sitúa el momento presente en una posible transición. Y un desarrollo metodológico que se inicia en la urbanización diferencial como prisma con el que observar los actuales procesos de urbanización, como paso previo a su empirización a través del par implosiones-explosiones.

  2. Las tendencias a la diferenciación socioespacial están guiadas, en la fase actual del capitalismo en crisis, por dos variables: la división social del trabajo y la contradicción campo-ciudad. A pesar de que sus transformaciones son profundas, la superación de la segunda es de una novedad mayúscula. El escrutinio del estado de esa contradicción es, sin lugar a dudas, uno de los grandes problemas de investigación actuales para los Estudios Urbanos.

  3. La frontera urbana está hoy dirigida por la superación de la contradicción campo-ciudad - un proceso que no es completo, y que sitúa la reflexión en aquello que es virtual, pero no por ello irreal -, y que es guiada y concretada en las implosiones-explosiones, situadas principalmente en las relaciones entre ciudad-hinterland. Esto implica que: todo territorio es susceptible de ser urbanizado, y que todo el territorio queda homogeneizado, a la vez que aumenta su especialización/diferenciación.

  4. En el esfuerzo colectivo por criticar el concepto de fragmentación socioespacial, y establecer así los límites de su debate para el presente (Sposito, E.; Sposito, M., 2020SPOSITO, E.; SPOSITO, M. E. B. Fragmentação socioespacial. Mercator, v. 19, e19015. 2020. Disponível em: Disponível em: http://www.mercator.ufc.br/mercator/article/view/e19015 . Acesso em: 14 jun. 2021.
    http://www.mercator.ufc.br/mercator/arti...
    ; Morcuende, 2020MORCUENDE, A. Interpreting sociospatial fragmentation, differential urbanization and everyday life: a critique for the Latin American debate. GEOgraphia, v. 22, n. 49, p. 1-14, 2020. doi: https://doi.org/10.22409/GEOgraphia2020.v22i49.a42283.
    https://doi.org/10.22409/GEOgraphia2020....
    ), se constata aquí que la fragmentación socioespacial se abre en la contradicción homogeneización-diferenciación, fruto de las tres dinámicas de la urbanización diferencial: implosiones-explosiones, crisis de la planificación urbana y subsunción del campo y la naturaleza (Arboleda, 2017ARBOLEDA, M. La naturaleza como modo de existencia del capital: organización territorial y disolución del campesinado en el superciclo de materias primas de América Latina. Anthropologica, v. 35, n. 38, p. 145-176, 2017. doi: https://doi.org/10.18800/anthropologica.201701.006.
    https://doi.org/10.18800/anthropologica....
    ). Se sostiene, pues, que sin esas dinámicas recogidas en la urbanización diferencial, fruto del capitalismo en crisis y la quiebra de la modernidad, no se podría hablar de fragmentación socioespacial en tanto mediadora de las actuales relaciones entre el espacio y la sociedad.

Referencias

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  • WOOD, E. M. Los orígenes agrarios del capitalismo. Monthly Review, Selecciones en castellano, 3ª época, n. 2, 2016[1998].
  • 1
    Merrington sitúa en esta explicación también a Herni Pirenne, en Les villes du Moyen Âge. Essais d’Histoire Economique et social (1927), y a Max Weber, en The City (1921).
  • 2
    Una de las aportaciones más relevantes del texto de Eric Hobsbawm en el compendio de Hilton es, precisamente, una periodización de seis etapas de la transición del feudalismo al capitalismo, que complejiza dicho debate.
  • 3
    Un imprescindible recorrido sobre la economía política del último tercio del siglo XX y los primeros años del siglo XXI se encuentra en Domènech, A. República e socialismo também para o século XXI. Trad. Katarina Peixoto. Carta Maior, 6 out. 2008. Disponível em: https://www.cartamaior.com.br/?/Editoria/Politica/Republica-e-Socialismo-tambem-para-o-seculo-XXI/4/14498. Acesso em: 14 jun. 2021.
  • 4
    Las recientes aportaciones de Wallerstein recogidas en Does capitalism have a future? (2013) y de Wolfgang Streeck con su How will capitalism end? (2016), reflexionan sobre el posible final del capitalismo.
  • 5
    Se ha venido a denominar así el conjunto de discursos políticos y académicos que sostienen el actual consenso en los Estudios Urbanos, y en la manera de concebir, analizar y gestionar las ciudades, cuyos algunos exponentes son Edward Glaeser, Jeb Brugman o Richard Florida. Esa “nueva era urbana” se proclamó en un informe de Naciones Unidas en el año 2000, cuando sus estadísticas señalaron que el 50% de la población mundial ya habitaba en una ciudad.
  • 6
    El concepto de subsunción es desarrollado por Marx en su Capítulo VI (inédito), que finalmente no incluyó en la versión final del primer volumen de El capital.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    16 Jul 2021
  • Fecha del número
    2021

Histórico

  • Recibido
    31 Ago 2020
  • Acepto
    28 Mayo 2021
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