Reflexiones sobre la literatura de Cassandra Rios: rompiendo estereotipos culturales acerca de la homosexualidad

Reflections on the Literature of Cassandra Rios: Breaking Cultural Stereotypes About Homosexuality

Resumen

En este artículo, el objetivo es analizar el modo como el tema de la homosexualidad fue abordado en y por la obra de Cassandra Rios, así mismo como los tabús sobre sexualidades prohibidas fueron cuestionados por la escritora a través de los personajes en sus novelas. Lo anterior, tuvo lugar en el contexto de la dictadura militar y moralidad conservadora en Brasil. Para este trabajo se empleó una metodología cualitativa por medio de fuentes de información y novelas de Rios, realizamos un análisis de cómo este tipo de narrativa era prohibida por tratar otras formas de vivir la sexualidad. Esta reflexión inicia con la censura de libros que abordan el sexo como un asunto transgresor, esto contribuye en ampliar la comprensión de la literatura como eje de cuestionamiento de la sexualidad.

Cassandra Rios; Censura; Literatura; Estereotipos

Abstract

In this article, the objective is to analyze how Cassandra Rios worked the topic of homosexuality in her novels, as well as how the taboos about forbidden sexualities were questioned by the writer through the characters of her novels. The above was given in the context of the Military Dictatorship and conservative morality in Brazil. In this research was using a qualitative methodology, through different data sources and works by Rios, we carried out an analysis of how addressing other ways of living the sexuality led to Rios' narrative prohibition. This reflection begins with the censorship of books that regards sex as a transgressive subject, which contributes to broadening the understanding of literature as an-axis of questioning with regard to others sexualities.

Cassandra Rios; Censorship; Literature; Stereotypes

Introducción

Los debates a partir de la escritora Cassandra Rios (São Paulo – Brasil 1932-2002) acerca de la homosexualidad abren otros horizontes respecto a comprender temáticas que fueron invisibilizadas por la cultura dominante, y que articulan complejas dimensiones como moralidades diversas, género, sexualidad y censura. Este artículo producto de la investigación documental de Maestría en Historia cuyo título es “La literatura erótica de Cassandra Rios: O Bruxo Espanhol (1959) y Uma Mulher Diferente (1968)” proporciona un análisis distinto a lo que ha sido producido sobre el tema y sobre Cassandra Rios, dicho trabajo está compuesto por dos capítulos, en el primer capítulo de la investigación se hace un recorrido cronológico por la producción literaria y la circulación de las novelas de la autora en Brasil, tomando como punto de partida los periódicos del periodo comprendido entre 1950 y 1980, que dieron a conocer reseñas tanto positivas como negativas acerca de los libros de Cassandra Rios y acerca de la autora, fue señalada por periódicos de la época como el peligro de la subliteratura “Acreditamos que tal senhora pertença ao sexo fraco, pelo nome e pelo aspecto exterior. [...] escreve obras pornográficas, [...] O conteúdo de seus livros é indecente, visando sòmente [sic] a despertar as paixões baixas” ( Diario Carioca , RJ, 27 ago. 1960:6). A pesar de las críticas, Rios tuvo claro el objetivo de dar un giro a los discursos que minimizan la homosexualidad, abrió otras perspectivas y brindó otras posibilidades de entender un tema rechazado y categorizado de forma negativa. La iniciativa de Rios llevó a que su literatura develara desigualdades en la sociedad brasileña y despertó el interés de un amplio público lector desde el adolescente hasta un Embajador. Así mismo, los espacios de circulación de sus novelas fueron desde la tradicional librería hasta la clandestinidad, ya que varias de sus obras fueron prohibidas en el territorio nacional.

Se destaca en la investigación un análisis sobre las capas de algunas de las novelas de Cassandra Rios lo que refleja una industria cultural tradicional que divulga el consumo de placeres teniendo como eje el cuerpo femenino como producto potente de mercado y publicidad, lo cual es un elemento contradictorio puesto que Cassandra Rios al cuestionar tabúes acerca de la homosexualidad no pudo escapar al mundo capitalista frente a las estrategias tradicionales de las editoras acerca de la comercialización de las novelas.

En el segundo capítulo de la investigación, se analiza la obra O Bruxo Espanhol (1959) frente a la ruptura del arquetipo de Don Juan con el personaje del Dr. Samorra, quien emplea la seducción como fachada para cometer crímenes con mujeres, realizando experimentos con hormonas animales. El arquetipo que se recrea es una metáfora frente al papel de la moralidad en relación con el control de las conductas, la corporalidad y vida sexual. En Uma Mulher Diferente (1968) Cassandra Rios da relevancia a la ruptura del arquetipo de Eva en la desconstrucción del concepto de mujer que nace desde el inicio de la creación con órganos femeninos. En la novela Uma Mulher Diferente, Ana Maria, su personaje principal, es un hombre que adopta todos los elementos ligados a la feminidad, de este modo la escritora genera tensión con otras sexualidades que hace visibles ante la sociedad que juzga sin conocer otras realidades y pone en debate la corporalidad universal mujer/hombre.

Esta investigación, expone como este tipo de escritora plantea deconstruir la categoría de universalidad en sus personajes, por tanto, se analiza que la literatura producida por Cassandra Rios tildada de erótica o pornográfica tiene gran importancia al cuestionar el contexto social-cultural-moral-sexual demarcado por múltiples estructuras sociales de poder que refuerzan creencias y juicios de valor sobre la corporalidad, lo cual se indaga a partir de los arquetipos y/o modelos universales sobre los cuales se intenta justificar los roles dados al binomio hombre/mujer.

Acorde a lo anterior, se puede pensar que la pornografía que prevaleció en Rios denotó formas particulares de representar el sexo/género en su propuesta literaria con voz femenina, pues superó los personajes femeninos enmarcados en la pasividad y sumisión. Cassandra Rios mostró los prejuicios ideológicos que operaron de forma negativa en el protagonismo femenino al “crear nuevos mitos en torno al poder y el poder hacer de las mujeres” (Clúa, 2011:133). Esta escritora situó su narrativa disidente en un género literario habitado tradicionalmente por escritores masculinos, abrió puertas al articular niveles agudos de representación de heroicidad femenina, cuestionó los estereotipos y la dinámica cultural sexual. Así mismo aportó en la reflexión, que la homosexualidad hace parte del escenario de la sexualidad humana, temática que fue novedosa por la forma en que fue incorporada, lo que fue una nueva voz para las editoriales que publicaron sus novelas y que conquistó con su originalidad el mercado editorial y lectores que la consolidaron como una de las escritoras más leídas en Brasil.

Metodología

En la búsqueda bibliográfica para la investigación base de este artículo, que se observó en el año 2000, Rios y su obra comenzaron a ser tema de investigación, se relacionan las siguientes investigaciones: Piovezan (2005) cuyo título es Amor romântico x deleite dos sentidos – Cassandra Rios e a identidade homoerótica feminina na literatura (1948-1972), De Almeida (2014) Onde estão as respostas para as minhas perguntas”?: Cassandra Rios – A construção do nome e a vida escrita enquanto tragédia de folhetim (1955-2001) , Nóbrega (2015) Moralidade e censura: prazeres desviantes e sexualidade na obra de Cassandra Rios (1968-1977), Brum y Marquetti (2018) Cassandra Rios: Uma voz censurada no regime militar no Brasil. Las investigaciones anteriores son relevantes por tratar cuestiones importantes para el estudio historiográfico en el campo cultural, pues pretenden “mapear a produção da autora identificando as formas de representação do real, analisam a formação e transformação dos conceitos e categorias aplicadas ao gênero e a sexualidade como o sexo, o corpo, o prazer e a homoafetividade” ( Nóbrega, 2015: 14). Abordar a la escritora Cassandra Rios como tema de estudio también es tener presente la época en que emergió su obra, durante la cual tuvo conflictos con los entes de poder, ya que en los años 70 sucedieron “una serie de procesos antidemocráticos, de represión, censura e imposición con las dictaduras, [...] esto generó tensiones entre las reivindicaciones por los derechos” ( Uribe, 2016: 13).

El presente artículo parte de un abordaje cualitativo, cuya modalidad surgió de una investigación de fuentes secundarias. El registro documental se complementó con una historiografía que trató sobre el tema de la censura durante el régimen militar (1964-1985), particularmente en el ámbito de la censura de libros. En la metodología, se ubicó en el diálogo entre Historia y Literatura desde la perspectiva de la Historia Cultural, se pensó desde esta perspectiva ya que brinda una lectura enriquecedora y concluyente del pasado, por lo que en esta dimensión histórica se busca profundizar en las problematizaciones planteadas en la mujer escritora como sujeto de la historia; en este caso sobre la literatura erótica de Rios, la cual fue censurada en mayor medida en los años 60 y 70. Se tuvo presente este tipo de literatura como una forma de representación, la cual es fundamental ya que permite identificar la censura estatal, establecer los mecanismos de prohibición de su obra, determinar los actores y/o instituciones relacionadas con la censura y los estereotipos culturales. Se profundizó en la obra literaria como fuente para la narrativa histórica, dado que este tipo de estudio posibilita “formas distintas, porém próximas, de dizer a realidade e de lhe atribuir/desvelar sentidos” ( Pesavento, 2003: 32). Desde la perspectiva de Pesavento, la historia cultural tiene como objetivo entender la dinámica de problemas y objetos sociales, cuestión que permite la comprensión de estructuras e instituciones que intervinieron al respecto. Este tipo de estudio contribuye a tener presente los debates dados en la nueva historia cultural, ya que permite tener una visión de contexto, como señala Burke, de totalidad, dando especial interés a las representaciones como a las prácticas como aspectos importantes de la historia cultural (Burke, 2006).

Cassandra Rios la escritora prohibida

Cassandra Rios, hija de inmigrantes españoles cuyo nombre de bautismo fue Odette Pérez Rios, creció en un hogar católico de clase media ( Messeder; Pereira, 2013 ), empezó a escribir novelas a finales de los años cuarenta hasta el año 2000. En 1948, a la edad de 16 años, publicó su primera novela A Volúpia do Pecado , obra que abordó el sentimiento de amor prohibido entre dos chicas adolescentes, esta novela fue financiada por su progenitora Damiana Rios ( Piovezan, 2005 ). A lo largo de su carrera, dicha novela alcanzó aproximadamente nueve ediciones y ventas de más de 700 000 copias ( Messeder; Pereira, 2013 ). Su narrativa la posicionó como escritora del amor libre y referente de literatura gay en Brasil; es de señalar que se destacó por visibilizar personajes y realidades estereotipadas por la sociedad patriarcal como el amor y el deseo homosexual, el amor libre y las mujeres masculinizadas. Para Santos la literatura de Rios describe un relato complejo de personajes homosexuales y heterosexuales que va más allá de la división opresor/oprimido, bueno/malo (Santos, 2003). Además, presentó el travestismo en la novela policiaca Uma Mulher Diferente (1965) y profundizó acerca del placer de la mujer heterosexual en las novelas Carne em Delírio (1948) y O bruxo espanhol (1952)¹. En su recorrido literario, Rios publicó setenta títulos, algunos sin derechos de autor (Resende, 2019), pero bajo la autoría de Cassandra Rios publicó cincuenta novelas hasta 1974 ( Piovezan, 2005 ). Según la información recopilada, Rios divulgó sus libros con las siguientes editoriales: San Remo, Spiker, Mundo Musical, Gama Global, Record, Terra, Lidador, Hemus, Top Livros, Discubra, Brasiliense, Livraria Trio, Livraria Cassandra Rios.

Es de señalar, que Cassandra Rios fue la primera escritora en vender un millón de ejemplares en los años 70 ( Messeder; Pereira, 2013 ), hecho que la posicionó como bestseller nacional refiere Gindice en el periódico Jornal do Brasil ( Jornal do Brasil , RJ, 24 jan. 1976:2), sin embargo no se le consideró como bestwriter ( Rios, 2000 ). Rios se definía a sí misma como moralista, ya que pretendió dar una visión diferente acerca de la homosexualidad afirmando que no se puede “comprovar que a Homossexualidade é um sacrilégio, [...] nem impedirá que essa variante do espírito humano continue medrando pelo mundo, oculta por um medo reverencial” (Rios, 1972:6). Su literatura no siempre fue censurada debido a la temática que trabajó, sino que, por el contrario, existió un hito en su camino literario: recibió la medalla Cruz de Mérito Social por el Instituto Brasileiro de Estudos Sociais en 1964, y en 1966 le fue otorgado un diploma por parte de la Secretaria de Educação de São Paulo ( Lampião da Esquina , RJ, out. 1978) por su aporte a la cultura.

Como fruto de su trabajo, la escritora vivió momentos de bonanza y otros de tempestad; en los años 70, debido a la censura estatal, fue abofeteada por un juez, tuvo que pagar multas, enfrentó procesos judiciales y sus novelas fueron censuradas ( Piovezan, 2005 ), llegando al punto de ser decretada su prisión domiciliaria ( Santos, 2003 ). Además, dejó de percibir derechos de autor por parte de las editoriales nacionales, enfrentando así una crisis financiera. Para sostenerse vendió parte de sus bienes y logró editar en el extranjero algunos de sus libros prohibidos ( Rios, 1977 ).

En el período de la dictadura militar (1964-1985), Rios tuvo aproximadamente treinta y seis (36) libros censurados ( Piovezan, 2005 ). Debido a la censura, el seudónimo de Cassandra Rios se convirtió en signo de prohibición, generando que sus novelas nuevas fueran vistas con desconfianza a los ojos del régimen militar, de las instituciones y/o sociedad conservadora, lo que condujo a que Rios cambiara su seudónimo a masculino por Clarence Rivier y Oliver River’s (Resende, 2019). En este sentido, concordamos con lo que Santos refiere que Rios camufló estratégicamente su visión de resistencia gay evadiendo las miradas de los censores y ocupando ambas posiciones de oprimida y de resistencia ( Santos, 2003 ).

Lo anterior evidencia una ambigüedad de la censura estatal, dado que el tema sexual en las novelas bajo autor masculino y de corte heterosexual estuvieron lejos de la censura, ante lo cual Facco señala que las novelas de Rios con autor masculino y sobre romances heterosexuales “tão escandalosas quanto os outros, passam incólumes pela censura e têm grande sucesso de vendagem” (Facco apud Piovezan, 2005: 24), lo que indica que todo lo que estuviera relacionado con la homosexualidad generaba reacciones de censura no sólo del régimen militar sino también de la sociedad civil (Ficco, 2002). Además, al ser prohibida la obra de Rios su seudónimo autoral y novelas fueron catalogados como pornografía y/o erótica ( Piovezan, 2005 ; Marcelino, 2006 ), a razón de que amenazaba los valores morales de la sociedad debido a una sospechosa obscenidad del texto literario (Silva, 1984). Al respecto, Brum y Marquetti señalan que el significado dado a la categoría de pornografía fue ambivalente ya que “não existía em documentos legais” ( Brum; Marquetti, 2018: 149). Lo que existió fue la represión a través de la censura, generando intranquilidad, desorientación y autocensura de los propios escritores, cabe destacar que la actuación de los censores también estuvo determinada por las denuncias de sectores conservadores celosos e interesados por “mantener el orden institucional”, llegando al punto de destruir todos los ejemplares producidos ( Couto, 2013: 84).

En relación con lo referido, se observa que todo el tratamiento dado a una obra prohibida por abordar la sexualidad como un tema que incomoda a una franja de la sociedad cobra mayor fuerza o reacción censora cuando se mezcla con sexualidades no hegemónicas, lo que conduce a que la censura desvalorice tachándola de pornografía y rebajando las obras a una forma de literatura con bajo valor narrativo (Silva, 1984). Desde luego, tanto la autora Casssandra Rios como sus novelas al tener la categoría de prohibición, de literatura pornográfica y/o erótica su narrativa fue considerada como subliteratura; Resende refiere que la obra de Rios “não fora reconhecida pela academia” (Resende, 2019:116), sino que fueron destacadas escritoras como Rachel de Queiroz, Dinah Silveira de Queiroz, Lygia Fagundes Telles, Zélia Gattai, Ana Maria Machado, Cleonice Berardinelli, Rosiska Darcy de Oliveira por la Academia Brasileira de Letras (ABL) ( Rivas, 2019 ), en la ABL el nombre de Cassandra Rios brilla por su ausencia a pesar de haber sido reconocida en los años 60 por el Instituto Brasileiro de Estudos Sociais y por la Secretaria de Educação de São Paulo . Dicha ausencia y marginalización de la obra de Rios presentan un silencio espeso que “se deu pelo fato de que no meio literário toda a produção que versava sobre o erotismo e a sexualidade obedecia a uma tradição masculina” ( Nóbrega, 2015: 142).

Es importante mencionar que la marginalización literaria de Rios se relaciona con dos aspectos, primero, la desvalorización de la calidad literaria de las obras de escritoras sobre temas que tradicionalmente eran abordados por escritores masculinos como lo fueron las novelas de corte erótico, frente a ello Alexandrian en su libro sobre Historia de la literatura erótica (1990) señala “lo mejor es que una mujer de letras se limite al género sentimental, donde el genio femenino suele destacar” ( Alexandrian, 1990: 285), aspecto que refleja preconceptos conservadores de género acerca de este espacio literario, frente a lo cual Servén anota que las categorizaciones negativas hacia escritoras están relacionadas con una tradición cultural que minimiza o maximiza el valor y el significado a los imperativos de género (Servén, 2008). No obstante, existiendo críticas del contexto político y cultural respecto a la obra de Rios, esta escritora se destacó por cuestionar estereotipos culturales de sexualidades consideradas como ilegítimas, por lo cual señala Santos que en contextos donde la ideología absoluta se enfoca en naturalizar fenómenos dominantes “tais como heteronormatividade, a ficção de Rios assume um papel significante que se opõe ao paradigma dominante, subvertendo-o” (Santos, 2003:18).

Rios extrapoló realidades que merecieron ser contadas, reconocidas y visibilizadas, hecho que generó que sus novelas circularan masivamente en el territorio nacional (Piovezan, 2015; De Almeida, 2014 ; Nóbrega, 2015 ). Además, algunos libros prohibidos fueron editados en el exterior ( Rios, 1977 ). La propuesta literaria de Rios fue su lucha y su motivador principal, según Santos se dedicó a presentar, subjetividades gay s e lésbicas ( Santos, 2003 ), además presentó el mundo interior de personajes que en la vida cotidiana han sido considerados bajo el rótulo de anormales y/o marginados sociales.

La censura de la literatura de Cassandra Rios

[...] apenas tentem entender e respeitar o problema de cada um dos que lutam pelos seus direitos (sejam estes quais forem), sob a pressão do temor inculcado pela hipocrisia que encapa a sociedade.

Através da Literatura, com os personagens em plena luz mágica de vida que as palavras lhes concedem tendo os seus hábitos, manias, sentimentos, inclinações, carácter, tipo, classe, enfim personalidade e vontade própria, manobrada por essas criaturinhas imaginárias apresento, como já disse, de cada uma delas, o problema do homossexualismo, com as suas variações, às quais milhares de pessoas se identificam ( Rios, 1972: 12).

La literatura de la escritora Cassandra Rios fue censurada por el ámbito estatal debido a que abordó el tema de la homosexualidad, el cual se relacionó con los preconceptos y estereotipos culturales sobre la sexualidad en la época en la cual circuló su obra, ya que el tema sexual fue señalado de forma negativa desde las leyes antiobscenidad vigentes en América a partir del año 1712 ( Preciado, 2010 ) y presentes en la legislación brasileña, específicamente en el artículo 234 del Código Penal, Decreto Ley 2848 de 1940, el cual estableció que cualquier expresión artística de tipo obsceno se consideraba una violación contra la moral y las buenas costumbres, es decir, un asunto que debía ser protegido, controlado y vigilado por el Estado bajo pena de detención o multa (Código Penal, 1940). Luego, con el golpe militar de 1964, la censura de libros fue permanente en Brasil; el régimen por medio de la Divisão de Censura de Diversões Publicas (DCDP) se encargó de censurar cualquier medio de expresión prensa, libros, revistas, televisión, etc., que ofendiera la moral y las buenas costumbres de forma comportamental, moral y también política ( Fico, 2002 ; Marcelino, 2006 ); dicha agencia tuvo acciones amplias y punitivas en este periodo. A inicios de la década de 1970, el ministro de Justicia Alfredo Buzaid defendió la promulgación de la legislación Decreto-Lei núm. 1077 de 1970 que instituyó la censura previa de libros y revistas como mecanismo de defensa de la moral e os bons costumes . El discurso estatal señaló que los medios de comunicación difundían la inmoralidad y obedecían a una estrategia del movimiento comunista internacional para acabar con los valores tradicionales de la sociedad brasileña ( Marcelino, 2006 ). La legislación de los años setenta prohibió los libros que promovían el amor libre, pues estaban relacionados con un plano subversivo, indica Marcelino y, además, que parte de los militares vieron la sexualidad, y el tema erótico en general, como herramienta del expansionismo comunista para perturbar el orden ( Reimão, 2011 ). Las palabras de Marconi, en su libro A Censura Política na imprensa Brasileira son ejemplo de lo anterior cuando cita al teniente coronel Carlos de Oliveira: “O sexo é um instrumento usado pelos psicopolíticos para perverter e alienar a personalidade dos indivíduos [...] à degradação da nação, bem como intensificam a divulgação da literatura erótica e da promiscuidade” ( Marconi, 1980: 18). Según el régimen, el erotismo conducía a conductas desordenadas y era un riesgo para la juventud y la familia, pues podrían caer en la influencia de doctrinas extranjeras. Por tanto, a través de la represión se lograría salvaguardar a la familia patriarcal y heterosexual de los caminos de la revolución sexual, la cual comenzó a tomar fuerza a nivel mundial en la época de los años 60 y 70.

Se empleó la censura de cualquier texto para controlar y vigilar cualquier idea, discurso, etc., que amenazara u ofendiera la moral y las buenas costumbres de la sociedad de la época en la cual el régimen militar estuvo presente (1964-1985); con este fin se contrataron cuatrocientos censores, quienes eran estudiantes de derecho, filosofía, sociología, psicología, comunicación ( Paixão, 1998 ). Marcelino (2006) comenta que los censores emitieron conceptos subjetivos sobre las obras que prohibieron, pues no seguían un patrón para prohibir los libros, sino que interpretaron lo que dictaba la ley de forma general. En este sentido, Da Silva refiere que los censores vetaron, bajo el rótulo de pornografía y otras obscenidades, diversos tipos de literatura y escritores como Rubén Fonseca, Xaviera Hollander, Cassandra Rios, Adelaide Carraro, Brigitte Bijou, Emanuelle Arsan, entre otros; cualquier palabra relacionada con la sexualidad fue el foco principal (Da Silva, 1984).

En el período de 1974-1979, durante el cual Armando Falcão fue el ministro de Justicia, la postura fue autoritaria contra escritores y sus obras: la orden radical de prohibir la publicación y la circulación de obras se dio en todo el territorio nacional y como fruto de ello, hubo quema de libros refiere un funcionario anónimo del DCDP en entrevista dada para el Jornal do Brasil (1977:6), cuando el periódico pregunta a dónde van los libros bajo su custodia, el entrevistado señaló:

A lei determina a incineração dos livros apreendidos. Apenas aguardamos 120 dias, que é o tempo suficiente para que seja tomada qualquer medida judicial contra a apreensão. Se nesse período não houver interposição de recurso na Justiça contra a apreensão, os livros são queimados.

Lo anterior evidencia que las leyes antiobscenidad no pretendieron eliminar la sexualidad, sino que ejercieron mayor control y represión sobre los espacios de circulación de las publicaciones, ya que lo que “caracteriza a los actos y representaciones sexuales como lícitos o ilícitos no es su contenido, sino el lugar en el que estos se llevan a cabo. La sexualidad moderna no existe, por tanto, sin una tipología política” ( Preciado, 2010: 77). En este sentido, el control de los textos sobre el tema de la sexualidad se llevó a cabo en dos espacios: en el espacio público el Estado implementando la legislación Decreto-Lei nº 1077 de 1970 censurando libros y autores. Por otro lado, las entidades religiosas, grupos organizados con convicciones morales contra la homosexualidad y libertades sexuales enviaron cartas de protesta a la DCDP reclamando más censura contra libros y revistas, lo que reflejó la defensa de la familia desde un enfoque tradicionalista de la moral cristiana, dando así mayor legitimidad del poder público ( Marcelino, 2006 ). Lo referido señala que la educación religiosa jugo un papel de censura moral en el establecimiento de límites y/o prohibiciones sobre el cuerpo y la sexualidad, a pesar de que en la década de los 60 y 70 el tema de la sexualidad dejo de ser considerado como pecado o algo misterioso ante lo que los sectores “conservadores e intelectualizados reagiram. Criticavam a banalização da sexualidade” ( Del Priore, 2011: 189). Esto a razón, siguiendo a Aresti, de que los discursos religiosos se enfocaron en imponer límites basados por la condición sexual y “a mantener el protagonismo de otras categorías, basadas en el privilegio y en la posición social”. Cabe destacar, las teorías laicas como el prejuicio y atributos de la inferioridad de la mujer frente al estándar universal, el masculino (Aresti, 2001).

Es precisamente durante la época de la dictadura militar (1964-1985), cuyo régimen operó a través de la censura, que se prohibió un total de 689 títulos, entre libros y revistas, por ser considerados una amenaza contra la moral y las buenas costumbres ( De Lima, 2016 ). Además, menciona Reimão, fueron censurados aproximadamente 98 títulos de libros de autores brasileños: ocho corresponden a textos teatrales, diecinueve a libros de no ficción y los restantes, a textos literarios catalogados como eróticos y/o pornográficos. Obras de autoras como Adelaide Carraro y Cassandra Rios fueron prohibidas por abordar la temática sexual en sus novelas de ficción (Reimão, 2011). Con la censura se limitó la libre expresión, el derecho a la lectura, el análisis, la crítica, el acceso a la información y a conocer otros modos de comprender e interpretar la realidad social.

El erotismo en las novelas de Cassandra Rios

El erotismo presente en las novelas de Cassandra Rios, al expresar de forma diferente el amplio mundo de la sexualidad, abrió un espacio dentro de la literatura que se expandió a partir de su forma particular de narrar las historias de vida de sus personajes en las novelas, de tal modo evidenció que el ámbito de la sexualidad no solamente es habitado por individuos heterosexuales. Cassandra Rios desde el enfoque de la fantasía en las relaciones humanas, amorosas, eróticas en su narrativa de ficción, demostró concordando con Dos Santos y Marrero “un imaginario de posibilidades excesivas y voluptuosas de la vida son reveladas por la vía del erotismo” ( Dos Santos; Marrero, 2008: 2). El erotismo, que expuso Rios se tornó en un símbolo poderoso de los sueños afrodisíacos, sentimientos negados y escondidos de las personas que se sienten atraídas por su mismo género, ya que, en la cotidianidad, al experimentar dichas sensaciones, estas personas se ubican “en un espacio de inseguridad y temor por toda la experiencia heterosexual que viene arrastrando desde su infancia y que ha problematizado la homosexualidad” ( Samaniego; Bermúdez, 2015: 26). La narrativa de Rios dio vida a una realidad latente y a partir de la palabra escrita transgredió lo prohibido, hablar sobre temas tabús desde luego esto fue un proceso de liberación dentro de sus historias, y constituyó un universo erótico creado para comunicar una poética del erotismo, el culto a la sexualidad manifestada como transgresión ( Dos Santos; Marrero, 2008 ), y como revolución del mundo interior que se emancipa de las muros invisibles y dominantes trazados por el sistema familiar, cultural y social heteronormativo.

Dentro de esta línea, la narrativa erótica de Cassandra Rios se convierte en un artefacto poderoso que da forma a mundos posibles, pues evoca la capacidad de provocar emociones, crear ilusiones y generar impacto en el público lector, ya que el erotismo en la literatura es la

expresión metaforizada de esa sexualidad primigenia. [...] El amor, finalmente, sería la sublimación de esa realidad fisiológica a través del sentimiento. Tanto el erotismo como el amor son, en palabras de Octavio Paz [...], ceremonia, una suerte de representación creada por los seres humanos, frente al instinto sexual que es impulso animal [...] Ante todo, el erotismo es exclusivamente humano: es sexualidad socializada y transfigurada por la imaginación y la voluntad [...] El erotismo es invención, variación incesante; el sexo es siempre el mismo ( Rios, 2009: 194).

Sin embargo, el erotismo estaba aceptado sólo para los individuos heterosexuales, pero no para quien fuese homosexual pues si “falar em sexo publicamente ainda era complicado nos anos 1968, era prudente que os homossexuais se reservassem ao espaço privado” ( Müller, 2013: 319). Desde luego, para revistas como Ele Ela la homosexualidad fue considerada “una aberração e um desvio da natureza”, opiniones que ridiculizaban los esfuerzos del movimiento gay en los años 70 refiere Monteiro (Monteiro, 2013:349). En cuanto la experiencia lesbiana, Rich (1996) refiere que fue percibida en una escala descendente que va desde lo desviado hasta lo invisible. Por tanto, abordar el erotismo para quien fuese homosexual causaba polémica y los debates abiertos acerca de ello eran desconocidos, pues “os homossexuais eram muito caricaturizados, discriminados, agredidos e era muito natural que não se expusessem” ( Müller, 2013: 319). No obstante, el erotismo planteado por Rios no fue tarea fácil ni siempre admitida, al contrario, su propuesta fue sospechosa, pues contradecía el patrón cultural conservador del sistema: “Engraçado o mundo! A sociedade! O homem! A mulher! E ela: a lésbica! Enfim, o convencimento, a segurança, a certeza para a definição da personalidade estabelecida, do caráter, da moral e do que ela era: Homossexual” (Rios, 1972:27). El modelo cultural imperante reafirmó ante la persona homosexual toda crítica negativa y represiva, ya que a nivel social y cultural fue vista como estéril por estar lejos de la reproducción de la especie humana ( Sanfeliu, 2007 ).

En contraposición con lo anterior, Rios señaló una liberación del ser en sus personajes, un ejemplo de ello, Flávia, en Eu sou uma lésbica expresó “Me senti uma mulher, [...], uma lésbica, uma homossexual, uma pessoa de caráter definido, de objetivos firmes, ¿não mais o raro criptandro [...] Para quê? [...] o pênis, a vagina, o hímen? Estava tudo na mente” ( Rios, 2006: 72). Lo anterior, refleja cómo otro tipo de erotismo emergió en la narrativa de Rios, lo cual fue un elemento base de sus novelas de ficción; además, sobresalió por su capacidad de crear fantasías y metaforizar el deseo prohibido para la persona gay , con lo que rompió las reglas, los convencionalismos sociales, culturales y religiosos y, finalmente, como refiere Pardo, el acercarse a las expresiones escritas que insinúen el erotismo, es generar revolución (Pardo, 2017), ya que la narración erótica le da sentido y valor sublime a todos los elementos que rodean a la corporalidad por su capacidad de provocar emociones negadas y prohibidas, más allá del acto masturbatorio, ya que trasciende al despertar de los sentidos, la imaginación, la creatividad y la evidencia de que la mente se emancipa de las barreras morales, culturales y la conduce a laberintos desconocidos, pues la narrativa erótica “diferentemente do romance comum, convidava seu consumidor a sair do mundo da ilusão para provar na realidade de suas ações os prazeres sentidos por seus protagonistas, acreditava-se, e muito, no impacto dessas histórias” ( El Far, 2004: 199).

En relación con lo señalado, la literatura de Rios contiene la fusión del discurso amoroso con el erotismo, generando revolución al romper los convencionalismos sociales. Su literatura es transgresora, ya que hace énfasis en la homosexualidad y otras sexualidades, dando paso a la apertura literaria frente a otros temas y personajes, que han sido señalados por el sistema, pero que tienen el derecho, la libertad de experimentar el amor y el erotismo, como ejemplo de lo señalado en A Serpente e a flor,

Mirtza continuou calada, fitando-a, os olhos muito abertos, a mão presa na mão de Renata que lhe comprimia os dedos entre seus dedos, com força. Parecia que lhe faltava voz para responder ou por emoção ou mesmo por receio daquela manifestação inesperada de Renata. [...]

- Beijá-la ... eu poderia beijá-la ... mais tenho medo ... ( Rios, 1972: 59).

La escritora Cassandra Rios expone en Mirtza sentimientos afectivos por otra mujer y la manera de expresar sus propios deseos y la esperanza de poder amar libremente. En la novela O Bruxo Espanhol, Sâni, quien es una mujer joven producto de un ensayo macabro del Dr. Barbosa al experimentar con hormonas animales en humanos, Sâni sigue sus instintos sexuales y deseos por su amado Gúpi, quien, reflejando el arquetipo de hombre viril ( Müller, 2013 ) se muestra vulnerable ante la misteriosa Sâni . Por otro lado, en la novela policiaca Uma Mulher Diferente , Ana Maria, quien se siente mujer en su interior a pesar de que nació con órganos masculinos, adoptó formas de vestir, maquillaje, tono de voz, asociadas culturalmente a lo femenino; este personaje siente deseo y atracción por los hombres y viceversa. En la novela As Traças (1975), Rosana es representada en el arquetipo de mujer homosexual masculinizada que a pesar del rechazo y las críticas de las propias mujeres homosexuales “ não se considera diferente das demais, [...] a masculinidade em mulheres é vista de forma negativa, para Rosana, é uma forma de se afirmar enquanto sujeito” ( Messeder; Pereira, 2013: 250). Rios presentó personajes con actos que representan culturalmente lo construido como femenino y masculino, lo cual es “la práctica reiterativa y referencial mediante la cual el discurso produce los efectos que nombra” ( Butler, 2002: 18). Según Butler, los discursos de género son culturalmente construidos, producidos e históricamente ubicados en las categorías femenino/masculino y se logran pensar como repetición de actos que se representan en lugar de valores naturales innatos. Cabe resaltar un ejemplo de los personajes de Rios, las mujeres masculinizadas sugieren “que existe uma fronteira bastante tênue e delicada, uma vez que existem mulheres que reproduzem os atos performativos masculinizados, mas são mulheres que guardam em si algo do feminino” ( Messeder; Pereira, 2013: 252).

Lo anterior da cuenta de cómo la escritora abordó en sus personajes inquietudes individuales, lo que contribuyó al doble estatus de Rios como la escritora más prohibida de Brasil, por llevar al público lector a “imaginar o sexo quando, socialmente, tal imaginação era proibida. O moralismo de uma sociedade patriarcal, fundada em arcaísmos de gênero” ( Ramayana, 2013: 130). Además, hay que considerar que el sexo es un tema que se impone como “segunda vida de la sociedad; [...], se presenta como la segunda capa que impera en el inframundo de los deseos, basada a su vez, en el principio de que todos [...] demandan con la misma intensidad del acto sexual” ( Gutiérrez, 2013: 82). El erotismo que expuso Rios en sus novelas, no sólo conquistó al público homosexual y trans, sino también al heterosexual, especialmente los hombres ( De Almeida, 2014 ). Esto permite deducir que personas heterosexuales u hombres considerados viriles ante sociedad ocultaron su verdadera sexualidad debido a la obligatoriedad tanto cultural como del sistema, “o importante era parecer “macho”, mesmo não sendo” ( Müller, 2013: 322).

La literatura de Cassandra Rios fue señalada como erótica en el imaginario cultural, por evidenciar sentimientos, sensualidad, placeres, sentimientos incomprendidos, el juego de miradas, los besos a escondidas, el desamor, y en ocasiones, las relaciones íntimas como resultado del amor, de la pasión y de la atracción mutua que estremecieron el mundo privado de sus personajes, y desde luego impactaron el imaginario del público lector.

Lo pornográfico en Cassandra Rios

O homossexual [...] existe desde remotas eras em todo e qualquer círculo das sociedades e religiões do mundo; vive sufocada, encasulada ou formando alguns grupos que tentam ter o seu próprio ambiente, o ponto de encontro e de identificação.

Por vários motivos são levados a fugir das famílias, as quais temem expor ao vexame, a vergonha, ao ridículo. Sofrendo acusações, injúrias e temores, vão amenizar sua desgraça nos braços de alguém. [...]; porque não tiveram a tolerância daqueles que deveriam procurar compreendê-los e confortá-los em vez de escorraçá-los como criminosos ou como vergonha da família, desumanamente marginalizados e tidos como ‘anormais’” (Rios, 1972:7-8)

Cassandra Rios fue señalada como escritora maldita, papisa del sexo y pornográfica por explicitar temas reales pero que no se nombran, sus novelas se clasificaron en la línea pornográfica no sólo por las temáticas sino por las capas de las novelas, las cuales fueron un elemento de contracultura que circuló masivamente en el escenario público, ubicándose en primera fila de los estantes de libros y quioscos de revistas, de tal manera que sus novelas fueron un producto que visibilizó abiertamente el tema sexual.

Las capas de las novelas de Cassandra Rios tuvieron ese elemento de llamada de atención de primer golpe, aspecto que se relaciona con la pornografía moderna, la imagen del texto a color explicitó la corporalidad desnuda y dirigida para el público adulto. Aparte de representar la imagen desnuda del cuerpo femenino se centraron en conquistar el espacio público con el tema sexual y tanto las revistas porno como las novelas categorizadas como pornografía se ubicaron en los quioscos tradicionales de manera directa y abierta al público consumidor ( Preciado, 2010 ).

La imagen en las capas mantuvo esa llamada de atención que anuncia la sensualidad, el deseo y el sexo, la imagen explícita cargada de simbolismo generó la apropiación del tema sexual en el espacio público al ser accesible para su lectura y observación. Los anteriores elementos contribuyeron a dejar de lado el lugar de circulación común de los textos pornográficos y la clandestinidad en donde se ideaban estrategias o préstamos a escondidas para ser leídos ( El Far, 2004 ). A partir de la apertura del consumo masivo del texto, la imagen a color en la portada del texto rompió con la marginalidad visual a blanco y negro para ser un producto moderno y actualizado; para ello se empleó el color, la fotografía, la calidad del papel y otros elementos de representación de la imagen ( Preciado, 2010 ). Cuando las portadas de textos que explicitaron el cuerpo femenino se convirtieron en un producto de vanguardia renovado y ubicado directamente en los quioscos de revistas, vincularon la edición con la multiplicidad de lectores de distintas clases sociales y edades que transitaron en el escenario urbano y que fueron atraídos con esa inevitable “erección del ojo” (Serrano, 2007:1) para descubrir lo que hay detrás de la imagen. Respecto a lo anterior, las novelas de Cassandra Rios circularon tanto en librerías, ferias de libros, bibliotecas, como en los quioscos de revistas en los terminales de transporte, y también en la clandestinidad. Las editoriales siguieron la estrategia de marketing de plasmar directamente imágenes de mujeres, sus cuerpos desnudos en posición seductora para atraer al público lector a descubrir la trama de la novela. Se juzgó a la obra por su portada, ya que ilustraron el cuerpo “a partir das insígnias que carrega. Esses signos, condensados na figura do belo corpo, traduzem os valores da cultura da sociedade de consumo” ( Novaes, 2011: 484). La competencia capitalista impulsó a las editoriales a desarrollar tácticas de comercialización de impacto visual inmediato que delimitaran “claramente seu público leitor e objetivo a fim de garantir posição de destaque no campo, entendido como espaço compartilhado por atores em disputa pela sua hegemonia” ( De Castro, 2004: 30). Esto llevó a las editoriales a valerse de estrategias de comunicación visual de primer golpe y de todo elemento de atracción visual, cualquier subtítulo, color, estilo, cualquier aspecto que condujera a ganar al público lector y, desde luego, a mayores ventas. Este aspecto fue clave en las portadas de las novelas de Cassandra Rios, ya que fueron parte importante en la comercialización de las novelas, se emplearon mujeres desnudas en escenas eróticas, lo cual fue una constante en las capas de las novelas de Cassandra Rios (Resende, 2019). Sin embargo, a pesar de emplear la forma tradicional como lo fue la imagen femenina en este tipo de portadas para atraer al público masculino heterosexual, como lo fue en el caso de las revistas Playboy, las portadas de las novelas de Rios generaron impacto a un nuevo público, por el simbolismo tras la imagen, el público femenino gay, y también el masculino homosexual.

Dado que fue una literatura atrevida dentro del paisaje urbano, la literatura pornográfica se convirtió en un elemento de difusión de contracultura ya que “el sexo se volvió una expresión de libertad en contra de los valores conservadores y puritanos” ( Uribe, 2016: 226) y en apariencia aparece como el despeinado de la literatura (Pardo, 2017), por caracterizarse por ser una literatura desvalorizada, criticada, ocultada y temida. No obstante, encierra su propia filosofía llevar a sus lectores a pensar “sobre la igualdad en una sociedad profundamente desigual” ( Darnton, 2003: 72). Al tratar el tema de la sexualidad a partir de la narrativa de ficción sobre lo concerniente al cuerpo, la corporalidad es representada como fuente de discursos, emociones, sentimientos, creencias, tabús, prohibiciones, cuestionamientos que puede ser entendida como un campo de furor y energía que logra extenderse al significado de la vida misma al dar cuenta de personajes que culturalmente son incomprendidos y vistos como inferiores y tratados con violencia y odio cultural. Además, evidencia que el cuerpo y los deseos o pensamientos más ocultos son realidades que tocan la fibra de cualquier ser humano más allá de la esfera social, educativa, de raza o religión, pues la sexualidad y el sexo están relacionado con la condición humana y no están fuera de la humanidad.

Las novelas de Rios tanto el texto como la imagen capturaron un público distinto: la mujer lesbiana, el hombre gay, los travestis. La obra de Rios con su tema homosexual oxigenó el panorama literario con una narrativa alternativa, disidente que mapeó el espacio urbano como punto de partida para la experiencia literaria considerada pornográfica.

Entre lo femenino y masculino: el travestismo en Uma Mulher Diferente la ruptura de arquetipos

La novela Uma Mulher Diferente de Rios recibió un comentario favorable por parte De Medeiros en el periódico A Luta Democrática en el año de 1975: “Mais um romance de Cassandra Rios [...], dá-nos agora um policial: Uma Mulher Diferente. Nunca deixando de lado os ingredientes que a tornaram uma das autoras mais lidas do Brasil” ( A Luta Democrática , RJ, 19 jul. 1975:4). La cita no menciona que el personaje principal de la novela es una mujer travesti², por lo que deja ello a la imaginación. Teniendo presente que el tema del travestismo causaba cuestionamiento, el periódico dejó de lado los preconceptos y recomendó a sus lectores esta novela. No obstante, esta obra fue censurada por parte del DCDP (De Lima, 2013:140), el Parecer 1755/75 censorio o concepto de censura del DCDP de esta novela, no señaló una travesti, sino un pederasta,

Ilmo. Sr Chefe do Serviço de Censura e Diversões Públicas SR/RJ Parecer nº 1755/75 Assunto: Exame de Livro Título: Uma Mulher Diferente Autor: Cassandra Rios Sr. Chefe Os livros da autora acima citada, há muitos anos vem sendo vendidos clandestinamente, onde concluimos [sic] que, [...]. E o livro acima referido, que nos conta os casos amorosos de um pederasta, e as orgias promovidas por ele e suas amigas lésbicas, os seus amantes enganados, que um deles, ao descobrir o logro, o mata. Considerando que o mesmo não fere apenas o Código Penal, mas também o Decreto Lei 1077/70, somos pela proibição de mesmo. Rio de Janeiro, 30 de outubro de 1975 Ascension Palacios Chanques Técnica de Censura-Mat. 6981400 (Parecer 1755/75).

Debido a que el travestismo se relacionó con la homosexualidad masculina, lo cual fue un tema vigilado, castigado y controlado por el Decreto Lei nº 1077 de 1970 y fue uno de los temas más censurados y prohibidos por la DCDP, refiere Marcelino siendo uno de los tópicos objeto de mayor rechazo por los técnicos de censura. La homosexualidad fue considerada como desviación de la conducta sexual como un problema psicológico y trastorno sexual, lo anterior, fue defendido por los sectores más conservadores (Marcelino, 2006). Todo lo relacionado con la homosexualidad, desnudos masculinos, fue objeto de la censura moral y materializada en reclamos a través de cartas por parte de la sociedad civil dirigidas a la DCDP, refiriendo sentimientos de vergüenza y exigencia de sanidad moral ( Fico, 2002 ). Según, lo señalado debido al choque, polémica cultural y moral que generó la homosexualidad contra los valores tradicionales, el abordar el tema del travestismo en una obra literaria era ir en contra de la ley en la época del régimen militar (1964-1985). Además, de la estigmatización negativa tanto del sistema judicial, policial, de los entes de poder, la sociedad y la cultura sobre la homosexualidad en general, Carrara y Vianna (2006: 234) apuntan sobre el travestismo que “A desestabilização provocada por sua performance de gênero, [...], torna as travestis as vítimas preferenciais de violência homofóbica” siendo la población travesti con mayor exposición a actos violentos. Desde luego, fueron parte de las noticias de los periódicos al momento de ser perseguidas por la policía siendo tratadas con violencia y discriminación, refirió el periódico Correio Braziliense: “a Polícia descobriu com grande surpresa para os investigadores, detetives, comissários e delegados, um ‘antro’ exclusivamente de ‘travestis’ [...] Os cinco ‘travestis’ presos em flagrante vestiam impecável traje feminino” (1963:7). Además, de los choques con la fuerza policial tanto travestis como gays, su sexualidad estuvo en medio de tensiones frente a la regularización de los cuerpos, y respecto a los estereotipos de jerarquías en el universo homosexual ( Carrara; Vianna, 2006 ). Dichas jerarquías establecían ser homosexual masculino pero no femenino y “ser uma travesti, ainda vista como uma vertente da homossexualidade, vulgarmente entendida como homem que quer ser mulher” ( De Freitas; De Assis, 2018: 174).

Lo anterior refleja la persecución que enfrentaron las personas travestis, también las obras literarias y escritores que hablaran sobre el tema, en el caso de la homosexualidad, lo más conveniente era guardar silencio o ser silenciados a través de la censura, lo que reflejó que aparte de los regímenes represores de derecha existió y existe en Brasil “uma tendência generalizada ao conservadorismo e à repressão de tudo que seja desviante dos padrões éticos e morais propagados oficialmente pela parcela dominante da sociedade” (Moreira, 2019:37). Sin embargo, existiendo obstáculos para la libertad de expresión la juventud rompió el silencio y a partir del movimiento estudiantil y feminista que ganaron visibilidad y vocería durante las décadas de los años 60 y 70, es a finales de la década de los años 70 que el movimiento homosexual y el movimiento negro lograron expresar su propia voz; según Facchini, en 1978 el grupo SOMOS de São Paulo fue el primer grupo que presentó una propuesta de reconocimiento de la homosexualidad; sin embargo, ya existían asociaciones de homosexuales en el medio escrito como lo fue el periódico O Snob (1963-1969) y la Asociação Brasileira de Imprensa Gay (1967-1968) ( Facchini, 2003 ). Pero fue en 1978 cuando el abogado João Antônio Mascarenhas fundó la publicación periódica O Lampião da Esquina (1978-1981), periódico que incentivó los esfuerzos del movimiento frente a la diversidad sexual y levantó la voz contra el preconcepto y la violencia cultural, y desde luego, las novelas de Rios se sumarían a este escenario literario disidente con sus inquietudes y preocupaciones frente a las libertades del movimiento gay en épocas de censura estatal. Es de aclarar, que se habla de movimiento gay y no LGBT, ya que desde los años 90’s surge el movimiento Gay y Lésbico y luego GLBT “Gays, Lésbicas, Bissexuais e Travestis. Em 2008, na primeira Conferência Nacional GLBT – Direitos Humanos e Políticas Públicas, mudou a ordenação das letras de sua sigla colocando o L à frente.” ( Miskolci, 2011: 41). En Brasil LGBT es “Acrônimo de Lésbicas, Gays Bissexuais, Travestis e Transexuais. Eventualmente algumas pessoas utilizam a sigla GLBT, ou mesmo LGBTTT, incluindo as pessoas transgênero/queer” ( De Jesus, 2012: 30).

Es de señalar que, la escritora Rios, al visibilizar las realidades de personas gays , travestis y sus familias en la obra Uma Mulher Diferente , describió en Ana Maria otro tipo de mujer, diferente,

Ser assim é o que conta! De que me adiantaria ser mulher como as mulheres? Seria comum, vulgar! Assim sou eu que venço todos os dogmas e preceitos! É o que vale! [...]

– E viva Ana Maria! ( Rios, 1969: 174).

Este personaje se proclama mujer más allá de los conceptos y preconceptos, Rios condujo con esta novela a reflexionar sobre lo establecido como masculino y femenino, lo cual con el surgimiento del movimiento gay en los años 60 y 70 sale a la luz la crisis de la masculinidad, ya que varios hombres colocaron en duda estereotipos y referentes tradicionales de formas de ser hombre, también criticaron el machismo, la virilidad y buscaron nuevas formas menos represivas y jerárquicas de vivir el género ( Monteiro, 2013 ), sobre lo cual Müller refiere que Beauvoir reflexionó y concluyó que “a virilidade também é uma construção cultural e não um ‘dom’ natural: não se nasce homem, torna-se” (Müller, 2013:302). En relación con lo anterior, Rios abordó nuevas formas de lo femenino/masculino ampliando la visión de estas realidades, en las cuales sus personajes interactúan y fluctúan. Al respecto Messeder y Pereira conducen a la siguiente reflexión frente al universo literario de Rios,

Será que o uso de mulheres másculas para as transexuais que desconhecem a categoria “homem trans”, “transhomem” poderá ser a melhor forma de se referir à existência destas pessoas? Será que o uso da categoria mulheres masculinizadas nos oferece vantagem, enquanto pesquisadoras, para pensar as mulheres que aparentam ser masculinas para outrem? ( Messeder; Pereira, 2013: 255).

Rios, al describir como mujer diferente a Ana Maria, especialmente por lo que representó para la sociedad heterosexual, cuestionó la cultura de supremacía viril, la cual se encarnó en un poder natural, dominante arraigado en la cultura, el lenguaje, las imágenes y en los comportamientos como señaló “Jean-Jacques Courtine, tal poder está fundado em um ideal de força física, firmeza moral e de potência sexual [...], apresentando permanências e historicidade e, nesse caso, vai mudando com o próprio tempo” ( Müller, 2013: 301). En el caso de la novela Uma Mulher Diferente Ana Maria alzó su voz en esta narrativa y puso en debate los parámetros hegemónicos y las nociones de femenino/masculino. Además, colocó en evidencia los conflictos, tensiones y estereotipos, dio reconocimiento a aquellos sujetos marginales, entre comillas inexistentes o invisibles del escenario urbano, pero que existen y transitan en la noche, su diario vivir cotidiano. Rios hace justicia al asesinato de Ana Maria cuando el detective Grandão encuentra al culpable: un hombre común y corriente, que embriagado por la belleza de Ana Maria al momento del encuentro íntimo se da cuenta del secreto que esconde bajo la falda y la asesina. Esta novela generó controversia pues abrió nuevos caminos para ver otras realidades frente a las barreras de clasificación, segregación, violencia, discriminación y fobia cultural, demostró que es necesario seguir recorriendo, deconstruyendo, reconstruyendo y aprehendiendo al ser en su complejidad, conjunto y en permanente cambio.

Consideraciones finales

La censura de las novelas y la autora Cassandra Rios se basó en un sistema de valores tradicionales que justificaron la discriminación frente a otras formas de ser en la sexualidad, lo cual fue ambivalente pues en el caso de Rios fueron prohibidas obras que trataron el erotismo en las relaciones homosexuales, pero no en lo referente a la heterosexualidad. Este hecho reflejó la polémica que causó este tema para el sistema, no solo militar, sino familiar, religioso y cultural ya que la norma imperante fue seguir discriminando conductas atípicas que estaban fuera de la sexualidad legitimada a nivel universal. No obstante, la propuesta de Rios fue novedosa al brindar desde su visión como persona homosexual otra cara de la realidad, dio a conocer los obstáculos y las preocupaciones de seres silenciados e invisibilizados que, materializados en sus personajes, visibilizaron el mundo al revés, donde el moralismo es inmoral y donde lo señalado como inmoral moraliza, y cuestiona el orden establecido. Resulta importante dar a conocer este tipo de propuestas narrativas ya que reflexionaron sobre los distintos aspectos culturales sobre sexualidades marginalizadas en una época de grandes conflictos políticos y sociales, pero también de importantes cambios culturales.

El abordar aspectos biográficos de la escritora Cassandra Rios permite comprender la juventud de la escritora, durante la cual las preocupaciones sobre la homosexualidad estaban en su camino. El trabajo de la escritora requirió de un espíritu de valentía y determinación para tratar temas que fueron señalados dentro del tabú. Este fue su punto de partida y la llevó a posicionarse como escritora admirada por unos y odiada por otros. Evidenció que los discursos tradicionales de su época eran ambivalentes, pues prevalecieron matices particulares a su propuesta: la noción tradicional de anormalidad y pecado frente a quien no siguiera el modelo/patrón cultural-sexual; esto hizo que su propuesta fuera una lectura diferente, revolucionaria, transgresora que permitió comprender la carga simbólica frente a los cuerpos. Al centrar su narrativa en comportamientos poco comprendidos, Rios consolidó un público por más de treinta años que buscó en sus novelas respuestas, conocer otras realidades y que gustó de sus novelas de forma masiva, convirtiéndose así en un fenómeno cultural. Rios fue pionera en lograr expandir la subjetividad humana, en calidad de personas de quien es travesti, homosexual y también de las familias que vivenciaron sentimientos de vergüenza y sufrimiento por tener un hijo o hija homosexual. De ahí se deduce que existió un tipo de narrativa novedosa que prevaleció en la época durante la cual Rios publicó; como bien lo refiere Trouillot, resulta importante resaltar la narrativa alternativa que “começa com a criação de fatos e fontes […] importam em alguma medida […] fatos não nascem iguais: a produção de indícios sempre é também a criação de silêncios” (Trouillot, 2016:62). Cassandra Rios cambió el esquema de guardar silencio frente a temas prohibidos, brindó respuestas cuando los discursos académicos no estaban presentes, amplió la mirada acerca del mundo de la sexualidad humana y desde luego reflejó los silencios de una sociedad que niega y oculta otras realidades, sentimientos, emociones y desafíos.

La siguiente consideración está relacionada con los arquetipos tradicionales asociados a la virilidad y a la feminidad, los cuales están rodeados de un peso simbólico y que están acompañados de una carga cultural del contexto que se potencializa en la representación de las novelas de Rios. Esto acontece en la categoría femenino/masculino que posibilitó un espacio de interacción de actos que se repiten, que representan construcciones culturales: al retratar lo femenino en la novela Uma Mulher Diferente , lo masculino en la novela As Traças en una época de fuertes estereotipos negativos y prácticas violentas sobre la homosexualidad. Con sus personajes, Rios representó la marginalidad social puesta en escena, la cual se fue transformando a medida que se modificaron y debatieron las creencias individuales y culturales en sus personajes, así como del sistema de valores representado en esa búsqueda de la propia verdad. El impacto de la literatura de Cassandra Rios se destacó por la autenticidad de abrir otras racionalidades; la riqueza de su obra no estuvo en el número de libros que vendió, sino en el discurso disidente que consiguió representar, las historias de vida que construyó y vínculos familiares que se reconstruyeron, los debates que abrió y los mundos que dio a conocer.

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• 1
  De Almeida recopila las fechas de publicación de las novelas de Rios (2014).
• 2
  Refiere De Jesus que las personas travestis “vivenciam papéis de gênero feminino, mas não se reconhecem como homens ou como mulheres” (De Jesus, 2012:17).

Fechas de Publicación

• Publicación en esta colección
  15 Ene 2024
• Fecha del número
  Sep-Dec 2023

Histórico

• Recibido
  23 Set 2021
• Acepto
  15 Jul 2023