El artículo tiene por objetivo problematizar lo universal y la diversidad. Investiga las posibles inplicaciones de la polisemia de los téminos universalidad y diferencia, dentro de las perspectivas filosófica, sociológica y antropológica. Destaca que la diferencia no posee un valor "en sí", una "estructura" o "esencia" atemporal. La diversidad existe en situaciones históricas determinadas, ella debe también ser calificada. En este sentido, no es tanto la oposición en relación a lo universal que interesa, mas la forma como el cambio de contextos incide sobre nuestra comprensión de esos conceptos. Discute incluso la cuestión de lo local y de lo nacional, que no son considerados como dimensiones en vía de desaparecimiento dentro de la "sociedad global". Busca, entonces, entender como esos niveles son redefinidos, ya que en la globalización co-existe un conjunto diferenciado de unidades sociales: naciones, regiones, tradiciones, civilizaciones y la diversidad es parte integrante de esa totalidad. Concluye que universal y particular son pares opuestos. La diferencia se asocia a lo particular, a la contención, a los límites y a la identidad, siendo así incompatible con el movimiento de universalización. Lo universal nos remite a la idea de expansión, quiebra de fronteras, "todos", humanidad. Entre tanto, en la situación de globalización, muchas veces ese par antagónico se entrelaza, mezclando algunos valores antes fijados solamente a uno de sus elementos.
universal y diversidad; universlidad y diferencia