El presente artículo pretende poner en discusión las relaciones existentes entre narcisismo y organización sexual perversa y, en esa articulación, comprender cuál es el papel del mecanismo de la renegación en el desarrollo de la mencionada relación.
La renegación a la percepción de la castración lleva el individuo a una renegación a reconocerse marcado por la falta, vista como una herida narcisista insoportable. Esto exigiría, por un lado, reforzar las defensas narcísicas y, por otro, buscar relaciones infiltradas por núcleos perversos. Ese funcionamiento llevará, consecuentemente, a una escisión del yo, lo que nos indica una vulnerabilidad a la psicosis. El paciente se sitúa entre los límites de una perversión y de una psicosis, y bajo determinadas condiciones una u otra organización resulta privilegiada.
La presentación de fragmentos de un caso clínico pretende contribuir a una comprensión mayor de la cuestión.
Narcisismo; perversión; denegación; psicoanálisis