El artículo tiene como objetivo reflexionar sobre el lugar que puede llegar a ocupar el analista en los casos de pacientes sometidos a cuidados al final de la vida en el hospital. La posibilidad de muerte inminente, propia de esta clínica, encarna de manera fatídica el encuentro con lo real como imposible, horizonte del psicoanálisis en cualquier circunstancia. A partir del relato de caso de una paciente, seguido solo durante su último día de vida, destacamos los efectos posibilitados por una escucha analítica, en tanto dio lugar a las angustias y deseos de los sujetos involucrados, y concluimos sobre la importancia de una escucha Otra en relación con la asistencia brindada por el equipo médico. Una escucha que, a cambio, pone al equipo y al paciente en el trabajo, y hace que el último movimiento del sujeto del deseo llegue a su destino. Al abordar el tema de los cuidados paliativos, subrayamos, por un lado, las dificultades de los profesionales en el enfrentamiento de la muerte del paciente, y, por otro lado, problematizamos los impasses que plantea la falta de integración de esta práctica aún hoy.
Palabras clave:
Lugar del analista; cuidados paliativos; hospital; sujeto de deseo