Resumen:
Este texto presenta un relato de experiencia sobre la formación continua de docentes en la educación superior y tiene como objetivo mostrar cómo ayudarlos a transformar metodologías pasivas en metodologías activas en la clase. Las llamadas «metodologías activas» están en boga y quizás nunca se ha exigido, recomendado o esperado tanto como ahora que los docentes comiencen a «usarlas» o «emplearlas» en sus clases, en beneficio de los estudiantes. En este sentido, tendrían que «abandonar» las metodologías pasivas que tradicionalmente han estado «usando». Ante este escenario, se adopta, en este artículo, a partir de la práctica teórico-metodológica de la Clínica de la Actividad Docente, que se orienta en gran medida por una perspectiva dialógico-evolutiva, inspirada en Bajtín y Vygotsky, y utiliza el método o técnica de la auto-confrontación, en la que, por lo general, los docentes observan imágenes de sí mismos en acción y son llevados a analizar sus actividades, interactuando colectivamente. A partir de estos presupuestos teórico-metodológicos, mostramos, a través del estudio de un caso clínico concreto, que lo más adecuado es buscar ayudar efectivamente a los docentes a alcanzar metodologías activas a través de la transformación concreta de las metodologías pasivas que ya movilizan en la clase, al interactuar dialógicamente con los estudiantes.
Palabras clave:
metodologías activas; práctica docente; Clínica de la Actividad Docente; formación continua de docentes