Este artículo trata de algunas peculiaridades de la vida de un anciano que vive en una Institución de Larga Permanencia, entrevistado en el contexto de una investigación cuyo objetivo fue el lenguaje como práctica dialógica de ancianos con las capacidades comunicativas preservadas. La narración nos permitió conocer las condiciones de vida y algunas especificidades tales como: (1) la institucionalización precoz, (2) la interdependencia entre los motivos para el aislamiento voluntario y la situación de abandono, (3) la aparente impropriedad de utilizar la categoría "ancianos" para englobar sujetos con edades muy diversas. Se entrevistaron cinco mujeres y un hombre. Las entrevistas proporcionaron el examen de recuerdos, sentimientos, valores, relaciones interpersonales y del propio lenguaje. Esperamos ofrecer subsidios para una mirada a la counicación del anciado que la considera como sistema simbólico fundamental para la inserción social; mirada diversa de la que se centra en las alteraciones consideradas "típícas" de la vejez.
Envejecimiento; Lenguaje; Institucionalización