Resumen:
En muchas ciudades del mundo, las administraciones han creado mecanismos de seguridad para reactivar los usos públicos del espacio urbano. En Fortaleza, Ceará, Brasil, la administración del alcalde Roberto Cláudio (2017-2020) creó el Programa Municipal de Protección Urbana que instituyó celdas de protección comunitaria (torres de observación, drones, cámaras de vigilancia y patrulla de la milicia ostensible, con guardia municipal). y la policía militar montando bicicletas y motocicletas) en lugares con altas tasas de criminalidad. Este artículo analiza las transformaciones causadas por este modelo de “protección de proximidad” en el barrio de Jangurussu, un territorio en las afueras de la ciudad que concentra el mayor número de muertes de adolescentes. La metodología se basa en la investigación documental, la observación directa de la vida cotidiana del vecindario y las entrevistas con los jóvenes que utilizan el Centro Urbano para la Cultura, el Arte, la Ciencia y el Deporte (Cuca), ubicado cerca de la torre de observación, para veladas, fiestas de reggae. y actuaciones de rap. Los resultados de esta investigación sugieren que la territorialización militarizada de la política de seguridad urbana, en lugar de favorecer, contribuye a debilitar los intensos usos del espacio urbano al inhibir y controlar la presencia de los jóvenes en el rango de la torre de observación.
Palabras clave:
Gestión de la seguridad; Espacio público; Campo; Contra-campo; Arquitectura